El carbón recibió ayudas por 168.000 millones de pesetas en 1993, unos 5,5 por trabajador
Hasta ahora difuminadas, las verdaderas cifras del carbón español comienzan a perfilarse. El sector, fuertemente deficitario, recibió el año pasado un total de 168.399 millones de pesetas de subvenciones estatales, cuando el valor de la producción rozó sólo los 190.000 millones. Es decir, entre el dinero con cargo a los presupuestos del Estado y las ayudas implícitas en el precio del carbón, las empresas mineras lograron en 1993 subvenciones qué rondan el 90% de lo que produjeron, según documentos oficiales. Tan sólo en los últimos cinco años, 756.474 millones de pesetas de ayudas estatales han ido a parar al pozo sin fondo que es la minería española, en crisis permanente.
Un documento elaborado por el Ministerio de Industria, que por primera vez desglosa todas las ayudas a la minería del carbón, contiene datos aún más sorprendentes. Por ejemplo, las subvenciones por trabajador. En 1993, el Estado subvencionó al sector minero con 5,5 millones de pesetas por cada puesto de trabajo.La cifra no fue la misma para todas las minas. Hunosa, propiedad del Instituto Nacional de Industria (INI), recibió la parte del león. Por cada uno de sus trabajadores, la mayor empresa minera de España recibió 6,7 millones de pesetas, una cantidad superior a la mayoría de los sueldos que reciben sus empleados. En total, la empresa asturiana recibió el año pasado 85.206 millones de pesetas.
Financiación presupuestaria
Los datos de Industria incluyen todas las subvenciones que reciben las minas. Tanto las directas, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado -financiación de pérdidas e inversiones- como las indirectas. Entre estas últimas destacan las ayudas implícitas en el precio del carbón, que es más elevado en el mercado nacional que en los internacionales.Tan sólo por este concepto, las empresas que no disponen de un contrato programa que las ligue con el Estado recibieron el año pasado un total de 60.262 millones de pesetas. Por el contrario, el apartado más abultado de las que sí tienen contrato programa -Hunosa, La Camocha y Minas de Figaredo- fue el de financiación de pérdidas. Una rúbrica que requirió 69.218 millones en 1993.
Con todo, el año pasado supuso un ligero descenso de ayudas estatales, tras varios ejercicios en los que se dio una progresión vertiginosa. El máximo se alcanzó en 1992, con 208.073 millones de pesetas, exactamente el doble que tres años antes, en 1989, cuando se destinaron al efecto 104.560 millones de pesetas.
El ingente volumen de subvenciones enterrado en las minas españolas no ha servido, sin embargo, para salvarlas de la crisis. En los últimos meses, numerosas empresas han llegado a acuerdos con los sindicatos para reducir sus plantillas, en una desesperada carrera por escapar de los números rojos.
Hunosa
Hunosa es quizá el caso más paradigmático. Tras haber pactado en mayo pasado una reducción de 2.000 puestos de trabajo cuando la plantilla ronda los 12.000 trabajadores-, la mina asturiana se enfrenta ahora a nuevos recortes. Según fuentes de Industria, las empresas con contrato programa deberán recortar entre 4.000 y 4.500 puestos de trabajo adicionales antes de 1997.El sector se enfrenta de nuevo a su eterna crisis, nunca resuelta de forma definitiva. Según datos de la Comisión Europea, la productividad de las minas españolas está muy por debajo de las europeas. En España, el rendimiento por trabajador y por hora ronda los 385 kilogramos, una cifra ampliamente superada en otros países. Alemania alcanza los 705, Francia los 780, y el Reino Unido, tras el brutal y traumático ajuste efectuado por Margaret Thatcher en los años ochenta, se sitúa a la cabeza, con 950 kilogramos por hora y hombre.
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