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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Hemodiálisis y diálisis peritoneal

Me han sorprendido las declaraciones aparecidas en EL PAÍS que, en forma general, parecen expresar la superioridad de la diálisis peritoneal continua ambulatoria (DPCA) sobre hemodiálisis, expresando solamente,Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior

las, al parecer, ventajas de este método.

Ello, que parece provocado por la presentación de un libro sobre diálisis peritoneal, publica do, según dice su artículo, por los nefrólogos Jesús Montenegro y Jesús Olivares, no tendría más importancia que una noticia de publicación de un libro, si no pudiera producir falsas imágenes al público y sobre todo a los enfermos que van a comenzar los pro gramas de diálisis y que pueden sentir unas preferencias no bien fundamentadas. Por ello nos de cidimos a enviar estas líneas, ya que consideramos que es hora de que las afirmaciones que se ex presan en forma pública han de ser muy claramente precisadas con todas sus ventajas e inconvenientes. Así, queremos puntualizar lo siguiente:

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La diálísis peritoneal tiene unas limitaciones de indicación y de uso por las reacciones inflamatorias, peligro de infección peritoneal y, con el tiempo, adherencias peritoneales que puede producir.

No puede practicarse en personas, cuya cavidad abdominal no esté completamente libre. La existencia de un catéter que comunica la cavidad peritoneal con el exterior es un peligro para ciertas actividades, cosa que no ocurre en la hemodiálisis. El cambio de líquido de las bolsas, que ha de realizarse varias veces al día, entraña peligro de infección y ha de ser practicado con ciertas precauciones y no en cualquier lugar y circunstancia, lo que produce cierta disminución de la libertad del paciente cada vez que este cambio se realiza, mientras que en la hemodiálisis, después de las cuatro horas, cada 48, de permanecer en la unidad de hemodiálisis, en la que el paciente no tiene que realizar ninguna maniobra por sí mismo, queda libre de toda preocupación, pudiendo realizar cualquier, tipo de deporte: natación, baños de mar, etcétera.

La diferencia que indican los autores de que sólo se realizan en el 10% de los enfermos de insuficiencia renal crónica terminal ya indica que el método no es tan atractivo, pues, iniciado hace unos 15 años, no ha alcanzado prevalencia.

Respecto al aspecto económico (los autores no dejan de remarcar ningún aspecto que pueda ser atractivo para el público o la Administración), si bien el coste del procedimiento en sí es más barato, la necesidad de ingresos hospitalarios para los tratamientos de las infecciones que periódicamente pueden producirse, el empleo de los antibióticos para combartirlas, superan con frecuencia el presupuesto y las inmovilizaciones de la hemodiálisis.

En resumen, la hemodiálisis y la diálisis peritoneal ambulatoria continua son dos procedimientos terapéuticos con indicaciones concretas a decidir por el médico especialista, y no deben exponerse al público en general haciendo resaltar solamente las ventajas aparentes de uno de ellos. No puede decirse, pues, que "se impone la diálisis peritoneal para tratamiento de la insuficiencia renal", título del artículo publicado.

El llevar 37 años en el mundo de la diálisis y conocer las confusiones que han producido y pueden producir estos artículos sobre este tipo de pacientes nos obliga a no silenciar estas observaciones.- . Presidente de honor de la Sociedad Española de Diálisis y Trasplante.

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