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Estados Unidos considera un 'no' la respuesta serbia al plan de paz

Las numerosas condiciones impuestas por el líder de los serbios de Bosnia, el psiquiatra Radovan Karadzic, para aceptar totalmente el plan de paz del grupo de contacto -formado por Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia y el Reino Unido- ha sido interpretado como un rechazo. El representante estadounidense, Charles Redman, cabeza visible del grupo, declaró estar "decepcionado" porque los serbios no "han sido capaces de aceptar el plan de paz". Y añadió que, con esta actitud, colocan en "una situación muy seria" a toda Bosnia-Herzegovina. Redman admitió que no esperaban esta contestación. Rusia, a través de su ministro de Exteriores, adoptó una posición más conciliadora.

Ahora se abre un periodo de incertidumbre. Los ministros de Exteriores de los países impulsores del grupo de contacto deben reunirse el 30 de julio para decidir el siguiente paso. Hasta entonces se inicia tiempo de reflexión que bien puede ser aprovechado por los contendientes en el campo de batalla. Hasta el 10 de agosto, las partes se hallan comprometidas en un alto el fuego general. La historia del respeto de los altos el fuego está en blanco: ninguno ha conseguido superar el odio.El no serbio, disfrazado de un sí pero, denunciado anoche por el representante estadounidense en el grupo, choca con la actitud de los croatas y musulmanes, cuyos representantes, el primer ministro bosnio Haris Silajdzic, y el presidente de la federación Kresimir Zubak, dieron un rotundo al nuevo trazado de fronteras a pesar de considerarlo "injusto".

Las declaraciones de Redman no coinciden con las del ministro ruso de Exteriores, Andrei Kózirev, cuyo país es miembro destacado del grupo de contacto, quien se ha mostrado mucho más compresivo con los serbios.

La situación creada por la ambigua respuesta de Karadzic podría poner en peligro la frágil unidad alcanzada por los ministros de Exteriores del grupo de contacto el 6 de julio en Ginebra, cuando se pusieron de acuerdo en formular un "ultimátum pacífico", según lo definió el propio Kózirev, a las facciones beligerantes.Petición "legítima"Kózirev calificó ayer de Iegítima" la petición serbia de conocer todo el contenido del plan antes de ofrecer un a los mapas (que dividen el país en un 51% para los croatas y musulmanes y un 49% para los serbios). "Es posible que los serbios de Bosnia no acepten el plan en un 100%, pero tampoco lo rechazan totalmente", precisó, y añadió que "todavía existe la posibilidad de continuar las negociaciones, a fin de que los dirigentes de esa facción tomen una decisión definitiva".

El sobre rosa lacrado que Karadzic trajo ayer a la sede diplomática de Rusia ante la ONU desde el Parlamento de la república serbia de Bosnia, y cuyo contenido se hará público ,hoy en Pale, reclama tantas condiciones que es difícil aceptarlas sin devolver las negociaciones a su punto de partida.

Los hombres de Karadzic, que consideran este mapa sólo como la base para futuras negociaciones, reclaman que se proceda a la partición de Sarajevo, en una especie de nuevo Berlín. Según el plan, la capital bosnia debía ser administrada por la comunidad internacional, seguramente a través de la ONU, durante un período de dos años.

La OTAN, mientras tanto, ultima en Bruselas planes concretos para actuar en Bosnia, tanto si los bandos en guerra aceptan el plan de paz como si no. Los embajadores de los 16 países de la Alianza estudiaron en su reunión de ayer la extensión del refuerzo de vigilancia aérea sobre las zonas de exclusión de armas pesadas.

En caso de aceptación del plan del grupo de contacto, la Alianza Atlántica está dispuesta a participar en su aplicación con "una fuerza sustancial". Según fuentes estadounidenses citadas por el periódico The Washington Post, Estados Unidos podría enviar hasta 20.000 soldados a Bosnia.

De otra parte, el puente aéreo que suministra ayuda humanitaria a Sarajevo fue suspendido ayer después de que un avión norteamericano del ACNUR fuera alcanzado por un impacto de ametralladora cuando sobrevolaba la capital bosnia a 700 metros de altura y se disponía a aterrizar. El mando de la ONU en Sarajevo desconoce todavía la procedencia del proyectil, que abrió un orificio de un par de centímetros en el fuselaje del aparato.

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