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Los dirigentes del PSOE reiteran a González que debe cambiar el Gobierno

Luis R. Aizpeolea

La dirección socialista volvió a pedir a Felipe González que cambie de Gobierno después del verano. Los presidentes autonómicos José Bono, de Castilla-La Mancha, y Joan Lerma, de la Comunidad Valenciana, pidieron al presidente del Gobierno durante la sesión de la ejecutiva federal del lunes un "gesto político" al comienzo del nuevo curso político. Bono fue más explícito que Lerma al solicitar el cambio de ministros. Felipe González guardó silencio, pero pudo percibir cómo la mayoría de los dirigentes socialistas acogían favorablemente esta petición.

Bono afirmó que la remodelación del Gobierno sería una muestra de voluntad de cambio y apertura de una nueva etapa, tras el fracaso de las elecciones europeas, sin que ello conlleve, un "juicio negativo" sobre la capacidad del actual Ejecutivo. El presidente de Castilla-La Mancha añadió que la nueva fase debía caracterizarse por una "mayor transparencia" en las relaciones del Gobierno con la sociedad. González se reservó la última palabra para después del verano.El presidente mantuvo la misma actitud que hace un mes, cuando el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, planteó la misma cuestión ante la ejecutiva, reunida un día después del fracaso de las europeas. Los dirigentes socialistas consideran muy probable que el presidente haga cambios en el Gobierno y se presente a una cuestión de confianza una vez que selle el acuerdo con los nacionalistas sobre los Presupuestos del Estado.

El comienzo de una nueva dinámica centró el debate de la sesión de la ejecutiva del lunes. La reunión cerró el debate sobre la política de alianzas del Gobierno y los socialistas, que acaparó las primeras semanas poselectorales.

El presidente extremeño, el guerrista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, descartó de forma contundente el pacto con IU y respaldó la Política de alianzas del Gobierno con los nacionalistas catalanes. El propio Alfonso Guerra defendió explícitamente la política de alianzas del Ejecutivo, aunque introdujo algunos matices, que fueron interpretados por los asistentes como un intento justificatorio de sus anteriores posiciones, proclives al pacto con Anguita.

La dirección del PSOE trata de lanzar una doble ofensiva interna y externamente para salir del bache poselectoral. Internamente, trata de consolidar las posiciones renovadoras, mayoritarias tras el congreso de marzo. El primer paso en esta dirección lo dio la ejecutiva de hace 15 días, al delimitar claramente las funciones de los dirigentes y dejar claro el mandato renovador del congreso. En sucesivos pasos, la nueva dirección del PSOE pretende abordar la crisis de Andalucía y el golpe a la imagen del partido por el caso Filesa.

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En el terreno externo, ayer mismo inicio, con nueve meses de antelación, los trabajos preparatorios de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, lo que resulta insólita en la historia reciente del PSOE. La dirección socialista sabe que un nuevo descalabro echaría por tierra su perspectiva de prolongar la legislatura.

El secretario de relaciones políticas, TxIki Benegas, y el presidente del Grupo Socialista, Joaquín Almunia, convocaron ayer en la sede central de Ferraz al vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra; al ministro de Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra; a los presidentes autonómicos socialistas, y a los 17 secretarios regionales del partido con esa finalidad. Previamente, Benegas y Almunia almorzaron con Serra, Saavedra, el portavoz socialista del Senado, Bernardo Bayona, y los presidentes autonómicos del PSOE.

Los socialistas tratan de situarse en una posición favorable ante los comicios de primavera. La reunión sirvió para decidir la aceleración de los compromisos autonómicos, especialmente la transferencia del Inserso y las universidades a las autonomías de vía lenta para antes de fin de año.,

Representantes del Gobierno, comunidades y municipios acordaron también cerrar el conflictivo pacto municipal antes de las elecciones. Asimismo, los presidentes autonómicos empezaron a coordinar sus discursos para el debate sobre el Estado autonómico, en el Senado, a finales de septiembre.

El presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, definió la importancia de los próximos comicios para el PSOE. "A la ola que viene hay que ponerle murallas", señaló, y defendió la necesidad de preparar un discurso "potente y neto de izquierdas".

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