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LA GUERRA DEL BONITO

"Acabará habiendo muertos"

Enric González

Los ánimos están muy crispados en Port-Joinville, el puerto pesquero de la isla de Yeu. El Teddy, el Fille-du-Suet y el Myosotis, tres de los pesqueros que participaron en la batalla naval franco-española, fueron recibidos anoche con una manifestación silenciosa de esposas de pescadores, mientras en los cafés se rumiaba una profunda indignación contra los barcos españoles.Los destrozos de la agresión mutua tardarán semanas en ser reparados, y ese tiempo de inactividad costará muy caro a una comunidad que vive en gran medida de la pesca del bonito entre mayo y septiembre. Cuando vuelvan a hacerse a la mar, dicen los pesca dores de Yeul saldrán armados con escopetas. "Españoles o franceses, acabará habiendo muertos" afirmó el alcalde, Piérre-Crochet.La comunidad pesquera de Yeu, una pequeña isla de 2.300 hectáreas en la costa atlántica francesa, está convencida de tener la razón de su parte. Según ellos, fueron los barcos españoles, los únicos culpables de una agresión sin motivos. Los franceses dicen cumplir con todas las reglamentaciones, y atribuyen el malestar de los pescadores españoles a que su flota está muy anticuada. "Nosotros ya hicimos nuestra reconversión a finales de los años 70. Ahora les toca a ellos" declaró el presidente de la comisión de pesca de bonito del Ministerio de Agricultura francés, Joseph Blancho. En Yeu, una veintena de barcos trabaja en el bonito.

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A puerto con el botín

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