Los Doce se resignan a que Santer suceda a Delors al frente de Europa
El canciller alemán, Helmut Kohl, impuso su candidato, aunque era perceptible la resignación de los líderes europeos. Los Doce designaron ayer al primer ministro luxemburgués, Jacques Santer, de 57 años, para suceder a Jacques Delors al frente de la Comisión Europea en enero de 1995. Si el Parlamento Europeo ratifica la decisión de la cumbre, será la segunda vez que un político del Gran Ducado llega a la máxima responsabilidad europea.
El primer ministro belga, Jean Luc Dehaene, votado por 11 países socios y vetado por el Reino Unido en la cumbre de junio en Corfú, renunció a su candidatura a suceder a Jacques Delors y dio su apoyo al primer ministro luxemburgués, Jacques Santer, el llamado hombre de Kohl. Eran poco más de las cuatro y media de la tarde y la minicumbre extraordinaria de Bruselas acababa de empezar.El díscolo primer ministro británico, John Major, anunció que esta vez no iba a vetar. Kohl pudo así presentar a Santer, el candidato del consenso, que inmediatamente se ausentó de la sala. Los Doce dieron entonces su voto unánime, apenas media hora después de que empezara la cumbre.
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González expresa su alivio por la elección de Santer
Viene de la primera páginaEl nombramiento de Santer despeja una importante incógnita de la vida política europea, pero también de la vida política española, según reconoció el propio presidente del Gobierno español, Felipe González. "Supone un cierto alivio", aseguró, aunque reiteró que en ningún momento había pensado en presentar su candidatura. Él presidente reconoció así que un nuevo fracaso hubiera comportado el mantenimiento de la hipótesis de su candidatura, con los efectos lógicos sobre la política interior española.
Santer está casado con una ciudadana francesa y tiene dos hijos. Es jurista y economista y se halla vinculado a la administración desde 1965 y al Gobierno desde 1972, cuando fue nombrado secretario de Estado para Asuntos Sociales y Culturales. Ha ocupado también la cartera de Finanzas y desde 1984 la de primer ministro, que compagina con la del Tesoro y de la Cultura. Ha sido diputado europeo y vicepresidente del Parlamento de Estrasburgo, así como edil del Ayuntamiento de la capital Luxemburgo. Ha ocupado también la presidencia del Partido Popular Europeo desde 1987 hasta 1990. "Dedicaré mis energías a hacer una Unión Europea fuerte, solidaria y respetada", declaró tras su designación.
Como presidente en ejercicio del Consejo de Ministros europeo en dos ocasiones, en 1985 y 1991, Santer ha tenido ocasión de participar activamente en la elaboración del Acta única que dio lugar al Mercado único y en la elaboración del Tratado de Maastricht. El propio canciller Kohl destacó ayer estas circunstancias como méritos del candidato, 'al que calificó de "europeísta convencido".
Santer es el segundo luxemburgués que accede a la presidencia de la comisión pues el precedesor de Delors fue precisamente el primer ministro liberal de Luxemburgo, Gaston Thorn.
González, hizo una defensa académica de Santer en su conferencia de prensa, calificándolo de "adecuado" y de candidato del equilibrio y del consenso. "Creo que lo hará bien", añadió, aunque reconoció que "en el ambiente se respira un mayor protagonismo del Consejo en los próximos años". González dio a entender así que la Comisión tendrá menos protagonismo y que Santer deberá limitarse a gestionar las decisiones de los Doce.
El primer ministro belga, Jean-Luc Dehaene aprovechó su discurso de renuncia para criticar la utilización del derecho de veto por parte del Reino Unido y aseguró que lo ocurrido en Corfú hace tres semanas "dejará señales". "La Unión Europea no puede funcionar sobre la base de vetos", advirtió Dehaene, quien propugnó su eliminación en 1996, con motivo de la reforma institucional. El primer ministro' belga apoyó incondicionalmente a Santer.
Ningún otro jefe de Gobierno realizó la más mínima observación crítica respecto al nombramiento, dando por sentado así que es una decisión que cae por su propio peso, como mínimo común denominador entre doce países incapaces de obtener el consenso sobre un político de mayor personalidad. El intento de última hora de Dinamarca de colar la candidatura de su ex primer ministro Poul Schlütter quedó en un mero amago, al que renunció el actual premier, Poul Nyrup Rasmussen siempre en aras del consenso.
Tenue discordancia
Sólo una tenue voz discordante perturbó el plácido transcurrir del Consejo Europeo extraordinario. El anciano presidente francés, François Mitterrand, indicó que según su criterio los Doce no necesitaban la unanimidad para consensuar un nombre con el Parlamento Europeo y que bastaba la mayoría absoluta. El Tratado de Maastricht asegura que el nombramiento se hará "de común acuerdo" entre ambas instituciones, y de ahí la interpretación de Mitterrand que abría de nuevo la puerta a Dehaene y sólo mereció una réplica de John Major, celoso de los poderes de su Gobierno y del Parlamento de Westminster para vetar cualquier decisión de los Doce.
La cocina alemana funcionó a la perfección, sin olores innecesarios ni manjares quemados. El presidente saliente del Parlamento, el alemán Egon Klepsch, dio por hecho el nombramiento ya antes de que se produjera, tanto en su discurso ritual de apertura del Consejo Europeo como en la inmediata conferencia de prensa. Los jefes de Estado y de Gobierno en cambio respetaron el guión y escucharon la propuesta de consenso de Kohl como si fuera la primera vez que la oían.
Kohl tuvo el detalle de reunirse con los líderes de los principales grupos parlamentarios presentes en el nuevo Parlamento antes de que empezara el Consejo. La presidenta del grupo socialista, la británica Pauline Green aseguró que su grupo juzgará a Santer por sus compromisos respecto a la lucha contra el paro y por la transparencia de las instituciones comunitarias.
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