Un duelo a gritos
Separados por 60 metros y dos cordones policiales, un grupo de cooperativistas de PSV y otro más numeroso de ugetistas mantuvieron ayer un peculiar duelo. Los primeros gritaban 9adrones, ladrones", los segundos tapaban las voces coreando el nombre de su sindicato. El escenario fue en los alrededores de la Audiencia Nacional. En el interior del edificio, el ex dirigente de UGT Nicolás Redondo declaraba ante el juez Moreiras, por el caso PS V, que ha convulsionado al sindicato y tiene con el alma en vilo a 20.000 cooperativistas.Los socios de PSV -50 toda la jornada, y unos 200 al caer la tarde- cumplían un día más su rutinaria visita desde que se iniciaron las comparecencias, aunque ayer no estuvieron solos. Los ugetistas, llegados de toda España, acudían por primera vez a mostrar su solidaridad con el veterano sindicalista y a gritar: "No somos ladrones". Su objetivo era: "Formar una barrera humana para que Nicolás entre con la dignidad que se merece", según Pedro Díaz Chavero, de la ejecutiva ugetista.
El líder de UGT de Cataluña, José María Álvarez, aseguró: "Se trata de un gesto de solidaridad y para que se sepa que, porque los otros chillan más, no tienen más razón". Ellos, junto a dirigentes de todas las federaciones y unos 400 militantes de base formaron un sólido cordón de seguridad en cada una de las dos entradas y salidas de Redondo en la Audiencia.
Así evitaron que sobre su ex secretario general cayeran los huevos que en días pasados han recibido abogados y declarantes de parte de los indignados cooperativistas. Los afectados por el fiasco de PSV, en medio de un gran despliegue policial, expresaron su indignación durante toda la jornada, sin parar de lanzar gritos e insultos de 66estafadores, estafadores". Pidieron a voces que Redondo vaya a la cárcel junto a Carlos Sotos y Paulino Barrabés, y cantaron una y otra vez una larga canción con este estribillo: "Nicolás,, Nicolás, que bonita serenata. Nicolás, Nicolás, te vamos a dar la lata". La confrontación no estuvo exenta de violencia verbal y de tensión, aunque no hubo incidentes graves.
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