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Pujol pide una reunión urgente de las comunidades afectadas por el fuego

La catástrofe ecológica producida por el fuego en la última semana, con la destrucción de entre 110.000 y 145.000 hectáreas, impulsó ayer al presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, a proponer una reunión urgente de los Gobiernos de las comunidades afectadas por la devastación. En una conversación telefónica con su homólogo valenciano, Joan Lerma, el presidente catalán expuso la necesidad de intensificar la cooperación entre las comunidades para la prevención y extinción de los incendios. A última hora de ayer, sólo quedaba activo el de Requena (Valencia), mientras que el de las sierras de Cázulas y los Guájares (Granada) ya estaba controlado.

A la reunión propuesta por Pujol serán invitados responsables de Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía y Aragón. El ministro de Agricultura, Luis Atienza, convocará en los próximos días a los consejeros de Medio Ambiente de estas comunidades para iniciar la elaboración de un plan de reforestación.El vicepresidente de Gobierno, Narcís Serra, manifestó ayer que no está inicialmente previsto declarar zonas catastróficas las áreas incendiadas, aunque tampoco está descartado. Según Serra, antes es necesario elaborar un plan de regeneración de los bosques, lo que se hará en parte con fondos europeos.

La secretaria de Estado de Medio Ambiente, Cristina Narbona afirmó ayer que es necesario mejorar la política de mantenimiento de los bosques y reconoció que se han producido fallos de coordinación en la extinción de algunos incendios.

Pujol anunció que el próximo martes se reunirá con sus consejeros de Gobernación, María Eugenia Cuenca; Agricultura, Francesc Xavier Marimon, y Comercio, Consumo y Turismo, Lluis Alegre, para evaluar los daños y analizar las ayudas necesarias a las zonas destruidas.

La mayor parte de los incendios están ya controlados o extinguidos. En Cataluña, donde han ardido 40.000 hectáreas, todos los focos fueron apagados en la madrugada. En la Comunidad Valenciana, la Generalitat informó ayer que sólo permanecía activo el de Requena (Valencia), aunque estaba muy localizado y las llamas no avanzaban.

En Andalucía, el fuego que se inició el martes en la sierra de las Nieves (Málaga) fue apagado en la madrugada, mientras que el de las sierras de Cázulas y los Guájares estaba controlado. La irregular orografía de esta zona granadina ha dificultado las labores de extinción, en las que han participado más de 400 personas.

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En la Comunidad de Murcia, donde han ardido alrededor de 30.000 hectáreas de bosque y explotaciones agrícolas en las sierras del noroeste y del sur, quedaron controlados los últimos focos en la madrugada de ayer. El Gobierno murciano ha recibido fuertes críticas por no haber controlado el foco inicial del fuego.

El Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona) y la propia comunidad habían declarado 24 horas antes la máxima alerta por la extrema sequía y el fuerte calor reinante, con una temperatura de 46 grados a la sombra.

En una semana se ha quemado en España una superficie de 110.000 hectáreas, según los datos del Icona -145.000 según el recuento de los gobiernos autonómicos-, siete veces mayor que en todo el año 1993 (16.000hectáreas) y se han producido 20 víctimas mortales y decenas de heridos.

Justo Artés, vecino de Alzira (Valencia), continuaba ayer en estado muy grave en el hospital de la Fe de la capital valenciana, al igual que Smiriad Alexander, el único superviviente del accidente del avión Antonov que colaboraba en Valencia en las labores de extinción.

Según varias asociaciones ecologistas, España ha perdido en los últimos 35 años cinco millones de hectáreas de bosques, lo que equivale al 20% de su superficie forestal.

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