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Belloch suavizará el rígido control que impuso Asunción sobre los 100 presos más peligrosos

El ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, dulcificará el régimen de vida del centenar de reclusos más peligrosos que hay entre los 42.000 que pueblan las cárceles españolas, según un estudio que desarrolla en secreto su departamento. El denominador común de estos internos es haber participado en motines, secuestros y evasiones, por lo que el anterior responsable de prisiones, Antoni Asunción, seleccionó en 1991 a los 150 más conflictivos y les sometió a un férreo marcaje. Ahora Justicia quiere darles una nueva oportunidad, si se comprometen por escrito a mejorar su comportamiento. "Se trata de convertir a estos internos en presos normales", subraya el director de Instituciones Penitenciarias, David Beltrán.

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El proyecto, que está siendo consultado con los representantes sindicales de los funcionarios, ha despertado recelos entre éstos. Justicia e Interior estudia incentivarles económicamente con objeto de lograr la colaboración de los que intervengan en el programa.José Ramón López, presidente de la Agrupación Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias (ACAIP), teme que, esta medida implique una grave vuelta atrás en la seguridad de las prisiones. "Dulcificar el régimen de estos internos", critica, "provocará nuevos asesinatos en las cárceles".

En 1991 se contabilizaron 15 secuestros y 390 agresiones a funcionarios, 9 homicidios, 623 reyertas entre internos y 29 fugas. En este contexto, agravado por la decapitación de un preso en Cádiz, el duro Asunción decidió crear el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES), y dentro de éste un subgrupo denominado de Régimen Especial (FIES-RE). Dos años después, en 1993, los incidentes se redujeron a casi la mitad.

"No parece adecuado mantener un seguimiento y control tan exhaustivo en las circunstancias actuales, de relativa tranquilidad", revela el estudio. Por eso, Paz Fernández Felgueroso, secretaria de Estado de Asuntos Penitenciarios, ha decidido ofrecer una salida a estas personas, suavizar este implacable régimen y evitar su "abusiva utilización", según consta en el proyecto confidencial elaborado por, su departamento.

Un centenar de internos engrosa hoy el temible FIES-RE. "Son los malos entre los malos", dice un funcionario. Los "malos" son los 1.500 reclusos que integran el FIES, entre los que hay terroristas, narcotraficantes y mafiosos. Los malísimos son ese centenar largo de presos a los que ahora, a cambio de darles un mejor trato, se quiere reeducar.

A diferencia de los demás reclusos, los derechos de este grupo están muy limitados: disponen de celdas individuales, con cierre mecánico, sólo salen al patio una o dos horas al día, no tienen ningún contacto con los demás compañeros, no disfrutan de, permisos y las visitas familiares están muy limitadas.

David Beltrán se ha encargado de redactar el plan que permitirá a estos reclusos salir de su aislamiento y conseguir una vida más humanizada. A cambio, deben comprometerse por escrito a cumplir el programa de readaptación. Si lo hacen, se les permitirá tener en la celda televisor y vídeo, salir más horas al patio, hablar por teléfono con sus familiares hasta dos horas ininterrumpidas cada 30 días. Incluso más tiempo. Todo depende de su comportamiento.

"Los FIES-RE son internos que tienen a sus espaldas muchos años de condena. Ven tan lejos una hipotética libertad que, a juzgar por sus acciones, no aprecian su vida ni, en mucho casos, las de sus compañeros", señala un funcionario.

Tras el verano caliente de 1991 -cuando las cárceles albergaban a 32.399 presos; hoy cobijan a 10.000 más-, 118 de ellos fueron incluidos en este fichero especial. Un año después la cifra aumentó a 144, en 1993 ascendió a 151 y el pasado marzo se contabilizaban 153.

Motines y secuestros

El perfil de estos reclusos responde al de un varón de 25 a 30 años, con largas condenas, mala conducta, inadaptación, muy escasas perspectivas de obtención de beneficios penitenciarios que impliquen acortar su condena, protagonista de graves altercados (motines, secuestros, agresiones físicas ... ) y un diagnóstico psiquiátrico de trastorno antisocial de la personalidad, según el estudio de Justicia e Interior.Un interno que reúna estas características tiene muchas probabilidades de causar alta en este fichero, del que hasta ahora resultaba prácticamente imposible salir. Con el programa que proyecta Asuntos Penitenciarios sí se puede salir de él, aunque el preso debe someterse durante varios meses a sus directrices.

Tras la reciente llegada del nuevo equipo de prisiones que dirige Paz Fernández Felgueroso, unos 50 reclusos que vivían en este régimen especial para malísimos han pasado a un sistema de vida menos duro.

Entre los beneficiados están el mafioso Jean Louis Camerini, cerebro del secuestro de la niña Melodie Nackachian, y su compañero Constant Georgeux; Antonio Celdrán Jara, peligroso atracador y fuguista implicado en tiroteos con la policía, y Sergio Olea Gaona, al que las autoridades chilenas acusaron de matar en abril de 1991 al senador Jaime Guzmán, ideólogo del régimen del general Augusto Pinochet.

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