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La reunión González-Aznar acaba sin acuerdos

V. RUIZ DE AZÚA / L. R. AIZPEOLEA La reunión que mantuvieron ayer en La Moncloa Felipe González y José María Aznar terminó sin acuerdos concretos. Horas antes de la entrevista se había apuntado que el bloqueo que sufren algunos nombramientos institucionales -que precisan del apoyo de los dos partidos mayoritarios- sería el eje del encuentro. Pero de las declaraciones posteriores no se deduce que los máximos responsables del PSOE y del PP hayan acercado posiciones. Mientras para el Gobierno el encuentro fue "un hecho positivo", Aznar dio la impresión de que había sido un fracaso y declaró que no sabía siquiera si la entrevista "tenía algún objetivo especial". "Y sigo sin saberlo", remachó a la salida de La Moncloa.

González y Aznar repasaron durante dos horas la situación general de España. La valoración global de la reunión que hizo Aznar fue más bien negativa. Hacia las nueve de la noche, a la salida de La Moncloa, repitió hasta cuatro veces que él había acudido por iniciativa de González y que si la reunión "tenía algún objetivo especial, no se lo puedo decir". Preguntado si consideraba el encuentro un fracaso, Aznar dijo que debe entenderse como una conversación normal entre el jefe del Gobierno y el de la oposición. "Lo demás depende de las expectativas que se creen".Sin embargo, el secretario general del portavoz del Gobierno, Miguel Gil, indicó que con la reunión, González trató de poner en práctica una nueva dinámica en su relación con Aznar, como anunció la presidencia a los pocos días de las elecciones europeas. "El líder de la oposición debe estar informado de las grandes decisiones del Gobierno, lo que no significa cohabitación ni participación en las decisiones". Gil no quiso prejuzgar el resultado del encuentro, pero resaltó como un "hecho positivo" el restablecimiento del diálogo tras seis meses sin contactos y reconoció: "No puede decirse que exista un clima de normalidad".

González organizó la cita el lunes, cinco días después del debate parlamentario sobre la cumbre de Corfú, en el que Aznar solicitó al presidente del Gobierno que le hiciera partícipe de las decisiones europeas del Ejecutivo, en la medida en que su peso político había aumentado tras su triunfo el 124.

La agenda con la que comparecieron ayer a las siete de la tarde ambos dirigentes políticos fue abierta. Durante dos horas González y Aznar hablaron de la situación de la economía española, el panorama conflictivo planteado en la Comisión Europea para la sucesión de Jacques Delors en la presidencia y las negociaciones autonómicas con los nacionalistas. Según Aznar, el presidente del Gobierno no le dijo nada nuevo sobre su negativa a ser candidato a la sucesión de Delors o sobre la crisis institucional de la UE.

Bloqueo institucional

Ambos políticos abordaron también una cuestión urgente en la política nacional como es el bloqueo institucional. La víspera del encuentro el Consejo General del Poder Judicial se veía obligado a suspender su sesión por falta de quórum, y su presidente, Pascual Sala, hacía un llamamiento a la responsabilidad de los principales partidos para cubrir urgentemente las vacantes y salvar la parálisis del máximo órgano de los jueces.

Según dijo Miguel Gil al finalizar el encuentro, González y Aznar se comprometieron a que en fechas próximas haya contactos entre los grupos parlamentarios socialista y popular para tratar de resolver este problema. González, según Gil, solicitó a Aznar un nuevo intento para cubrir urgentemente estas vacantes institucionales, pues el tiempo corre en contra de los posibles acuerdos.

Por el contrario, Aznar insistió en que se había hablado de asuntos variados y en líneas generales, sin alcanzar ningún acuerdo o compromiso. Sobre el bloqueo institucional, que requiere el acuerdo de los dos grandes partidos, el presidente del PP dijo que la provisión de vacantes "tiene su cauce parlamentario". Negó que el jefe del Gobierno y él hubieran hablado de nombramientos pendientes como el Defensor del Pueblo.

Los periodistas preguntaron insistentemente a Aznar sobre cómo era posible que los líderes del PSOE y del PP no examinaran la provisión de vacantes en el CGPJ, después del toque de atención de Sala. El presidente popular dijo que su partido está preocupado por la persistencia de las vacantes pero que quienes defienden el actual sistema de elección de los vocales "debe responsabilizarse de las consecuencias negativas que pueda tener en algún momento".

El análisis de la situación económica y las líneas generales del presupuesto del Gobierno para 1995 también estuvieron sobre la mesa. Según Gil, González manifestó a Aznar la importancia de consolidar los síntomas de recuperación económica con la reducción del déficit y con un crecimiento económico por encima del gasto público. El presidente informó al líder de la oposición que el presupuesto para 1995 mantenía la austeridad como medio y tenía como objetivo situamos en una reducción del déficit en tomo al 3% para 1997.

Sobre los presupuestos, el líder del PP señaló que el Gobierno tiene sus aliados y 1o lógico es que presente sus propuestas en público y nosotros demos nuestra opinión y presentemos nuestras propuestas también en público, con luz y taquígrafos".

Negociación o mendicidad

La entrevista entre Felipe González y José María Aznar no redujo un ápice sus divergencias en el terreno autonómico. Mientras el líder del PSOE aprovechó para informar a Aznar sobre sus negociaciones con las comunidades, en cumplimiento del llamado impulso autonómico, el dirigente popular reiteró, a la salida de la entrevista, que la búsqueda de apoyos políticos obliga a González a una actitud mendicante. "Yo no tengo que pedir nada aquí, sino exponer al país lo que creo mejor para el interés nacional", añadió Aznar.Según el secretario general del Portavoz, Miguel Gil, el presidente del Gobierno se extendió en sus negociaciones con la Generalitat de Cataluña. Sin embargo, el líder del PP negó que durante la conversación se hubiera abordado de forma particular la relación de ambos partidos con los nacionalistas catalanas.

Aznar fue informado de las negociaciones sobre la descentralización de los fondos europeos de cohesión, sobre la cobertura del déficit de la sanidad y sobre el nuevo modelo policial autonómico, según la versión del Ejecutivo.

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