Cinco heridos de bala en el festival rock de Glastonbury
80.000 personas acudieron a la ciudad británica para escuchar a 150 artistas
No todo fue música en el festival de Glastonbury, que finalizó anoche en esta ciudad del suroeste de Inglaterra. Cinco personas fueron heridas de bala, tres de ellas de gravedad, cuando un hombre disparó el pasado sábado, mientras los asistentes al mayor recital pop de Europa huían despavoridos. En ese momento, 80.000 personas acampadas en 150 hectáreas de prados disfrutaban de más de 150 actuaciones de rock, jazz, folk y música étnica. Entre los artistas participantes al festival estaban Elvis Costello, Peter Gabriel, Johnny Cash, los Pretenders, Jackson Browne y Björk.
Todo empezó cuando un hombre comenzó a disparar en una de las zonas de restaurantes. Según un portavoz del Bath Royal United Hospital, donde fueron trasladados los cinco heridos -tres hombres y dos mujeres-, al menos dos de ellos presentaban heridas con orificios de entrada y salida de bala, lo que significa que los disparos fueron hechos a quemarropa. Según Michael Eavis, organizador del festival, la policía detuvo una persona como presunto autor de los disparos, mientras trataba de encontrar el arma. Durante el fin de semana, la policía detuvo a unas 200 personas, 48 de ellas por posesión o tráfico de drogas.Pese al incidente, no se suspendieron las actuaciones que en ese momento tenían lugar en dos escenarios similares, donde cantaban Elvis Costello y Björk.
El recinto del festival parecía una ciudad levantada en sólo dos meses y poblada de todo tipo de tribus rockeras en vacaciones. Hippies de 19 años y de 45, grunges, punkis y bakaladeros asistieron durante el fin de semana a los múltiples espectáculos de música, teatro, cine, cabaré y circo. Entre los distintos escenarios, se amontonaban 500 puestos con las ofertas más variopintas: locales que recogen fondos en favor de Ruanda o de la legalización de la marihuana; tiendas de ropa con pista de baile; centros de masaje y meditación, e improvisados pintores de caras en el más puro estilo hippy. La gastronomía fue otro atractivo importante: desde comida tailandesa o mexicana hasta un grasiento bocadillo de patatas fritas.
Este gigantesco festival ha recaudado más de 600 millones de pesetas, de los que buena parte irán a parar a Greenpeace, a una organización de lucha contra el hambre (OXFAM) y a otras instituciones benéficas.
Glastonbury, lugar legendario para las religiones céltica y cristiana en las islas británicas, lleva siendo escenario de este festival desde 1970. En su primera edición, 1.000 hippies pagaron una libra por ver a Marc Bolan y beber leche gratis. Problemas económicos forzaron su suspensión durante siete años en la década de los setenta. Ya en los ochenta, el festival creció de forma espectacular: de los 18.000 asistentes en 1981 se pasó a 40.000 en 1985.
El número y la importancia de los músicos participantes ha ido ascendiendo de forma paralela. Este año, Glastonbury ha reunido a lo mejor del pop y el rock británico y parte del norteamericano. Mientras el escenario principal acogió a Peter Gabriel, Spin Doctors o Elvis Costello, en el de la revista musical NME actuaron figuras del pop alternativo como Blur o L7. Otros dos escenarios, uno acústico y otro dedicado al jazz y a las músicas del mundo, han hecho del evento una verdadera fiesta para los oídos.
Hasta el incidente que causó tres heridos de bala, suceso más propio de los grandes conciertos de rock de finales de los sesenta y principios de los setenta, la perfecta organización del festival, los adelantos técnicos (un generador eólico de electricidad de Greenpeace y un sistema informático de mensajes) y la intención lucrativa del evento remitía a las formas de los años noventa.
Babelia
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