La industria del disco busca talento en la calle
Imaginación sin burocracia es la fórmula para superar la crisis de la música española
La música en España es un negocio de grandes cifras y futuro incierto. Cincuenta millones de discos vendidos en 1993 por valor de 40.000 millones de pesetas; 20.251,millones, recaudados por la Sociedad General de Autores, de los que 15.000 llegaron de la música; 12.756 conciertos celebrados el pasado año... Pero las cinco multinacionales que controlan el 80% del mercado han visto las orejas al lobo y se disponen a combatir el descenso de ventas y la crisis creativa volviendo a la calle en busca de nuevos talentos. La fórmula, dicen, es sencilla: imaginación sin burocracia.
La señal de alarma ha sido la caída de las ventas de discos en 1993 y la progresiva disminución de la cuota de música española en el mercado. "Hemos pasado del 45% de música española en 1991 al 33% en 1992. Pretender que ésto no tiene importancia es suicida" , dice José María Cámara, director de BMG Ariola, que tiene el 15,7% del mercado español. "El colectivo no se percata del problema. Hay movimiento en la calle, el talento bulle, pero buscamos tendencias cuando hay artistas individuales. Somos víctimas de la cultura del hoy y, así no se desarrollan nuevos talentos".Y Cámara menciona a Kiko Veneno, Rosario y Manolo Tena como ejemplos de apuestas consecuentes, mientras defiende la propuesta de Juan Perro y al cantautor Pedro Manuel Guerra como valores futuros. "Hemos renunciado a la imaginación. Tenemos que ser capaces de reconocerlo y dejar tomar el relevo".
Para Rafael Gil, director de EMI (18% del mercado español), "en los ciclos expansivos puedes anticiparte; en los recesivos disminuyes los, riesgos. Hemos atravesado un periodo muy difícil pero el mercado va a crecer y el talento está ahí. Sólo hay que salir a la calle, buscarlo e invertir en él. La música es un negocio de márgenes altos, y el día que tengamos que afilar el lápiz todo va a cambiar". Y Gil menciona ufano el caso de los Monjes de Silos, con más de cinco millones de discos vendidos en todo el mundo. "Es una idea de mercadotecnia innovadora", dice, "en una industria que tiene pocos genios creadores. Hay ocho o diez personas con ideas. El resto las canaliza". Riesgo menor
Según Claudio Condé, director de Sony Music (14,5% del mercado español), "el problema es de compañías discográficas, que arriesgan menos. Estamos tomando medidas para abrir el mercado, como reactivar el CD-single (disco compacto de dos canciones) e intentar conectar con el público europeo. El AR [responsable de descubrir nuevos artistas] se ha convertido en un hombre de despacho, lento en la toma de decisiones y sin creatividad". Y los nombres de Manolo Tena y Rosario vuelven a aparecer como ejemplos de apuesta de futuro. "Me siento afortunado por tenerlos, porque creo que son artistas para toda la vida".
Ele Juárez, director de PolyGram (17% del mercado), abunda en la idea de apatía y carencia de creatividad. "No es real vivir de artistas de los 80. Somos una industria cuarentona que no llega a los adolescentes. No tenemos el medio audiovisual desarrollado, la MTV no ha llegado y falta agresividad en las radios. Se apoya al artista nacional, pero no con el interés de Francia, que vende un 50% de música propia. Sino se actúa rápido, seremos absorbidos por lo anglosajón y perderemos nuestra industria. Y no es cuestión de establecer cuotas".
La defensa del producto local-"Lo importante es ser autosuficiente. El último de la Fila, Luz o Héroes del Silencio son más importantes que Pink Floyd", dice Rafael Gil- es algo en lo que todos están de acuerdo. Para ello se ha Creado, en colaboración con la SGAE, un Programa latino que permita la expansión de la música española hacia Latinoamérica. "El latido latino es la vía para vender nuestra música en todo el mundo", afirma José María Cámara. "Es un filón que debemos aprovechar".
Golpes de pecho para todos
Además de la necesidad de recuperar el espíritu de la calle, los responsables de las multinacionales del disco apuntan en otras direcciones para mirar al futuro. "La Administración no ha comprendido la importancia de la música española", dice José María Cámara. "La política de amortización de grabaciones es inadecuada y no hay sensibilidad desde el punto de vista fiscal. Es necesario igualar el IVA de la música al de otros productos culturales y al de otros países [En España, el 15%, en EE UU, el 8%]. Hay que tomar conciencia de esto, y si no afrontamos el problema siempre estaremos en desventaja".Para Rafael Gil, "la legislación va por detrás de la tecnología", mientras que Ele Juárez mira hacia la publicidad: "Es muy triste que el 15% de las ventas sean éxitos anunciados en televisión que no aportan nada. Es un vehículo oportunista, de toma el dinero y corre. Hay que hablar primero de música y después de mercadotecnia. Hace mucho tiempo que no sale un cantautor y hay público para él. Creo que hemos perdido el tren, y si no tenemos cuidado, también perderemos nuestras raíces".Golpes de pecho para todos, intentos de renovación de una música española que, según Cámara, es "la única forma de cultura compatible con cualquier otra".
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