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Yeltsin consagra el anclaje de Rusia a Europa

Lluís Bassets

"No tiene nada que ver el Borís Yeltsin de esta noche con el que vimos en diciembre en Bruselas", indicaron ayer fuentes diplomáticas de los Doce. El presidente de la Federación Rusa fue el protagonista de la cena de trabajo que mantuvieron ayer por la noche los jefes de Estado y de Gobierno de los Doce, a los que se sumaron los correspondientes de los cuatro futuros socios de la Unión Europea (UE) -Austria, Suecia, Noruega y Finlandia-Hace dos días Rusia quedaba vinculada a la Alianza Atlántica y hoy firma un acuerdo de asociación y cooperación con el objetivo de alcanzar una zona de libre comercio con la UE. El Yeltsin de diciembre, en plena campaña electoral, todavía no había conseguido aclarar su posición respecto a la UE y a la OTAN y se limitó a firmar con el presidente da la Comisión, Jacques Delors, un documento de declaración de intenciones. El de ahora, en cambio, conoce perfectamente su margen de maniobra ante el Parlamento y puede protagonizar este intento de "anclar el destino de Rusia al resto de Europa", en palabras de un diplomático.

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No hubo discursos en la cena, organizada como un debate político, el primero de estas características que se celebra según una fórmula que se podría simbolizar con la expresión " 12 más cuatro más uno". Los jefes de Gobierno y de Estado se reunieron en una mesa y los ministros de Exteriores en otra. Este ejercicio de diálogo político realizado ayer simboliza el inicio de la cooperación prevista en el acuerdo de asociación que hoy se firma.

La insólita cena reunió, además, al nuevo primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a los dos candidatos a la presidencia de la Comisión, Jean-Luc Dehaene y Rud Lubbers, todo bajo la presidencia del anciano y desmejorado Andreas Papandreu. La firma del acuerdo con Rusia, trabajada durante meses por el comisario de Comercio, Leon Brittan, debía ser objeto de una conferencia de prensa convocada a medianoche, pero al final el también candidato británico a presidir la Comisión prefirió evitar las preguntas sobre sus escasas posibilidades de entrar ni tan sólo en el bombo. La anulación de la conferencia de prensa fue interpretada así como un signo más de los escasos apoyos obtenidos por Brittan en el momento de la verdad esta noche.

La enorme concentración de mandatarios europeos en la isla de Corfú permitió la celebración de numerosas reuniones bilaterales. El presidente del Gobierno español, Felipe González, se entrevistó con el de la Comisión, Jacques Delors, al término de la cumbre de los socialistas. A continuación, mantuvo una larga conversación de una hora con el presidente de Austria, Thomas Klestil, que versó principalmente sobre el modelo de integración utilizado por España y la posibilidad de extraer lecciones por parte de los austríacos. El presidente austríaco se interesó en la estabilidad en el Mediterráneo y en los proyectos de cooperación en el Magreb. González también se entrevistó más brevemente con el canciller Franz Vranitzky.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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