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Rusia produce una nueva élite

La clase empresarial restringe el acceso de nuevos competidores

Pilar Bonet

La floreciente élite empresarial de Rusia trata de restringir el acceso de nuevos miembros y posibles competidores al selecto círculo de quienes, con su actividad económica y capital, ejercen ya su influencia en la política del país, según la socióloga Olga Kryshtanovskaia, directora del Instituto de Estudios Políticos de la Academia de Ciencias de Rusia. Las oportunidades de prosperar del ciudadano de a pie, sin conexiones con la élite, son "bastante escasas", dice.El proceso de gestación de nuevas élites, que han llegado en oleadas sucesivas, comenzó en 1986 gracias a la ley que liberalizaba la actividad empresarial individual y las cooperativas. En la época soviética había que estar afiliado al Partido Comunista (PCUS) para pertenecer a la élite del poder. "Hoy, ha aparecido un nuevo grupo de gente cuya importante y creciente influencia en política no se determina por el cargo que ocupa, sino por el control que ejerce de un sector económico o por su capital", explica Kryslitanovskaia, que vigila atentamente las oscilaciones de los 120 personajes más influyentes del empresariado ruso.

La socióloga se basa en un conjunto de criterios, incluidos los anunciantes más importantes en los medios & comunicación. Reconoce, sin embargo, que no ha podido hacer una lista de los ciudadanos más ricos del Estado. "En Rusia, el sistema de impuestos no está desarrollado y no hay datos objetivos sobre los ingresos de cada cual", afirma.

La última lista de Kryshtanovskaia va encabezada por cuatro banqueros, comenzando por VIadímir Vinogradov, presidente de Inkonibank. A éste, le sigue Mijaíl Jodorkovski, un antiguo líder de las juventudes comunistas que preside el banco Menatep. En tercer lugar está el magnate de medios de comunicación VIadímir Gusinski, del grupo Most, y en el cuarto el presidente del citado banco Stoliclini, Alexandr Smolenski. La primera veintena de nombres se repiten en las sucesivas ediciones de la lista con algunas oscilaciones.

Un 49% de los representantes de la élite empresarial viene de la antigua nomenklatura comunista, pero ' procede de niveles intermedios, ya que en contra de la creencia común, la máxima cú pula dirigente soviética se desprestigió y fue eliminada en el sistema de relevo de élites. Hay excepciones, como el ex jefe del Gobierno de la URSS, Nikolai Rizhkov, que hoy preside el banco TverUniversalbank, y Serguéi Yegorov, el presidente de la Asociación de Bancos Comerciales, que fue jefe de sector en el Comité Central del PCUS.

Entre los procedentes de la antigua nomenklatura comunista destacan los ex dirigentes del Komsomol (un 17% de la élite empresarial actual), los funcionarios de las instituciones »financieras soviéticas (14% de la élite) y de las asociaciones estatales de comercio exterior. Un 51% de la nueva élite viene de estamentos ajenos a la pirámide del poder comunista.

En provincias, a diferencia de Moscú, la pirámide del poder no fue descabezada, y la cumbre de la élite local perpetuó su posición de privilegio que conserva aún, señala Kryshtanovskaia. Añade que en Rusia se forma una estructura parecida a un pastel de capas. En la superior, están los políticos, como el alcalde de Moscú, Yuri Lushkov; en la intermedia están los grupos económicos, como el grupo Most, fuertemente vinculado a Luzhkov, y en la inferior, las estructuras de seguridad dirigidas por antiguos altos funcionarios dados de baja en el KGB y el Ministerio del Interior. Estos grupos paramilitares, con sus propias escuelas de artes marciales, están conectados entre sí, según Kryshtanovskaya. "Estas estructuras no son el adecuado caldo de cultivo para crear un Estado de derecho", señala. En altas esferas del poder, en el entorno del presidente Borís Yeltsin, hay sectores que "dan por acabada la reforma" y "no son partidarios de la economía liberal". La esfera de mayores beneficios está ya repartida y es muy difícil trabajar en ella.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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