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Diez muertos en el fin de semana r mas negro de los últimos meses

Fue un fin de semana trágico. Diez personas murieron en seis accidentes de tráfico ocurridos desde las 20.00 del pasado viernes. De entre los fallecidos, seis viajaban a bordo de motos de gran cilindrada. El casco reglamentario no evitó esta vez ninguna de las muertes y en dos de estos accidentes, según las primeras pruebas periciales, las dos ruedas rodaban a excesiva velocidad. En los primeros seis meses de 1993 fallecieron dos motoristas. El año anterior, en el mismo periodo, cuando el uso del casco no era obligatorio, murieron el triple.En la Dirección General de Tráfico no se recordaba ayer un balance tan triste en muchos meses. "Siempre se disparan las muertes durante las noches de los viernes y los sábados, pero llegar a 10 víctimas es más que preocupante", agregó un miembro de la sala de pantallas, desde donde se divisa la situación del tráfico y los accesos a Madrid. "Que yo recuerde, en tan corto espacio de tiempo nunca habían muerto tantos motoristas en la región de Madrid", concluyó un miembro de la Unidad de Atestados de la Guardia Civil de Tráfico.

La madrugada del domingo fue especialmente siniestra. A las 3.30 una Yamaha de color negro se estrellaba con la base de un semáforo en la esquina de Santa María Magdalena y la cuesta del Sagrado Corazon. Elconductor de la máquina, Hugo Antonio Evia, de 20 años, estudiante de económicas, perdió la vida instantaneamente.

Su compañero, Gonzalo Lasterre, también de 20 años, empleado en el negocio de su madre, fallecía tres horas después en el hospital de La Paz. Ambos se. dirigían a Alcobendas, municipio donde vivían, tras pasar una velada de sábado noche con los amigos.

PASA A LA PÁGINA 3

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Otras cuatro personas perclieron la vida este fin de semana en tres colisiones

Seis motoristas fallecen en accidentes de tráfico

VIENE DE LA PÁGINA 1Los familiares de Hugo Antonio acudieron ayer por la mañana al punto donde se produjo el percance muy cerca de la M-30 frente al edificio financiero de Banesto. La familia sospecha que un coche se saltó un semáforo y se cruzó en el camino de los muchachos. "Fíjate, aquí hay una frenada", comentaba ayer un pariente, consternado por ' la tragedia.

Los familiares de Hugo llamaron a varias casas próximas, pero nadie pudo darles detalles del golpe. Las sospechas de los familiares, sin embargo, no eran compartidas por la Policía Municipal. "Aquí figura que se han golpeado contra el semáforo, y no aparece ningún otro coche", comentó un miembro del departamento de atestados.

A las ocho de la mañana de ayer, una Kawasaki de 500 centímetros cúbicos, con matrícula M-4852-0T, se precipitó contra una valla protectora en el kilómetro 11 de la M-30, a la altura de Méndez Álvaro. Esther Moreno Pérez, de 19 años, estudiante de enfermería, que viajaba de paquete, y Tomás Murillo Martínez, de 21, fallecieron tras el brutal impacto. El cuerpo del motorista quedó seccionado por la cintura al salir disparado contra el guardabarrera. La chica perdió un brazo y una pierna. Un empleado de una gasolinera cercana aseguró que varios automovilistas corrieron pidiendo hielo. "Pretendían, emulando a Andrés Pérez Rubio, salvarle algún miembro, pero cuando llegaron las ambulancias ya habían muerto", añadió este operario. Tomás Murillo trabajaba en la tienda de Discos M. E, situada en la calle de José del Hierro, en Ciudad Lineal, y tenía la moto desde hace un año. "Era muy prudente y, además, no bebía nunca", lloraba ayer su madre, Agustina Murillo.

La lista sangrienta del fin de semana comenzó a escribirse el viernes por la noche, cuando un camión colision o contra una furgoneta. En el siniestro murieron el conductor de la furgoneta, Juan José Hernández, de 31 años, y su hijo Jhonatan Hernández, de un año.

Asimismo, en la madrugada del sábado el conductor de un Renault 21, Francisco Javier Llanos, falleció en el acto tras chocar su coche con la mediana de la carretera de la Coruña.

Por último, al mediodía de ayer, una mujer de avanzada edad, Francisca Benito Maté, murió arrollada por un Lancia Dedra cuando atravesaba la calle de Raimundo Fernández Villaverde. "La señora cruzaba por un lugar inadecuado, y prácticamente el coche no la pudo evitar", comentó un testigo del accidente.

El primer accidente ocurrido este fin de semana en el que se vieron implicados motoristas ocurrió a las 0.30 del sábado en la carretera de San Martín de Valdeigleslas. Juan Antonio Marín, de 33 años, y Agustín Cruz, de 21, murieron al empotrarse la Honda en que viajaban con un camión.

La carrocería es su cuerpo

La carrocería de un motorista es su propio cuerpo y mientras os coches veteranos ¡el tráfico en la ciudad guardan señales le guerra -faros rotos, rasguños en la chapa...-, los motorists con rodaje urbano coleccionan cicatrices.A los peligros usuales que impone el denso tráfico de una gran ciudad, se sumian algunas trampas especiales para los vehículos de dos ruedas: dos motoristas murieron este fin de semana en la ronda M-30 merced al más, siniestro de losbstáculos urbanos. Sus cuerpos fueron cercenados por los uardarraíles de la autovía.

Ellos tuvieron menos suerte que el ex campeón Andrés Pérez Rubio, cuyos antebrazos pudieron ser implantados tras un accidente en diciembre pasado, cuando a sangre fría del herido ordenó a quienes le auxiliaron que buscaran hielo para mantener en buen estado sus miembros.

Hay más peligros, que no están relacionados con la pericia del motorista: el coche que olvida conectar el intermitente para girar y que invade el carril del motorista; la pintura deslizante de los pasos de cebra, que se convierte en una pista de patinaje cuando llueve; los bolardos que impiden aparcar a los coches, objetos punzantes para el cuerpo que cae sobre ellos... incluso la misma falta de respeto que los conductores de automóviles tienen por motoristas y ciclistas, según afirman los policías municipales que patrullan en moto.

Y eso que el casco -obligatorio en la ciudad desde septiembre de 1992- se ha relacionado con un descenso de accidentes y muertos: en los primeros seis meses de 1993, el número de heridos y el de accidentes disminuyó respecto al mismo periodo del año anterior.

Los muertos disminuyeron un 66% respecto al mismo periodo de 1992: de seis muertos pasaron a dos en 1993. Pero la crónica negra se ha cobrado en un fín de semana el mismo número de muertos -seis- que hubo en medio año en 1992.

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