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Los populares europeos rechazan en sus filas a los neofascistas italianos

Lluís Bassets

El Partido Popular Europeo rechazó ayer la posibilidad de un acuerdo con los 11 diputados italianos neofascistas de Alianza Nacional, el partido heredero del MSI (Movimiento Social Italiano), según explicó el presidente del grupo parlamentario, el ex primer ministro belga Leo Tindemans. El grupo popular será el segundo de la Eurocámara, después del socialista, y según su presidente estará abierto a la incorporación individual como asociados de los diputados que acepten su programa y su reglamento.

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Los populares europeos se han visto diezmados por la implosión de la derecha en Francia y en Italia y por su derrota en el Reino Unido. El grupo popular, que cuenta nominalmente con 148 escaños, sólo tiene asegurados como propios a 127 diputados, dado que los conservadores británicos y daneses deben renovar su adhesión. Los 27 de Forza Italia y los tres del CDS portugués se hallan entre los que podrían incrementar las filas populares. Distinto es el caso de los 13 de Otra Europa, el grupo anti-Maastricht del francés Philippe de Villiers, cuyo programa choca abiertamente con el del PPE.La derecha en su conjunto tendrá un peso mayor en esta legislatura, pero se hallará dividida en función precisamente de su actitud ante la construcción europea. Los diputados italianos de la nueva mayoría, por ejemplo, estarán tentados en su conjunto a alinearse con las tesis euroescépticas de los mermados conservadores británicos.

La representación de los dos grupos mayoritarios, que han venido asegurando las mayorías en anteriores legislaturas, ha quedado sensiblemente disminuida en términos absolutos: socialistas y populares sumaban 360 diputados sobre 518 en Estrasburgo hasta mayo pasado, mientras que ahora sólo suman 347 sobre un Parlamento más numeroso, con 567 escaños.

Ambas agrupaciones significan el 61% de los escaños, mientras que antes representaban casi el 70%. Hay otros grupos con posiciones muy parecidas respecto a la construcción europea que pueden jugar en favor de seguir avanzando, pero también son muchos más los escaños imprevisibles y tienen peso específico quienes representan una actitud programática de oposición a la Unión. De otra parte, el primer grupo de la Cámara, el socialista, puede verse fácilmente incrementado con los 13 diputados del Movimiento de Radicales de Izquierda franceses de Bernard Tapie.

El presidente del grupo popular, Leo Tindemans, lamentó ayer el alto índice de abstención que atribuyó a "la ignorancia de los problemas europeos", "el miedo al cambio en la vida profesional y social" y "la indiferencia que caracteriza a nuestros tiempos". Pero el resultado de las elecciones confirma, según su opinión, que hay una mayoría de ciudadanos europeos en favor de seguir el camino hacia la Unión.

Tindemans indicó que su partido, el PPE, está "democráticamente obligado" a seguir pugnando por la moneda común, la PESC (Política Exterior y de Seguridad Común) y una política judicial y de interior también común y a poner en marcha el Libro Blanco sobre el Empleo. La posición adoptada por el PPE conduce a la renovación del acuerdo con los socialistas respecto a las cuestiones centrales de la construcción europea. Cualquiera de los dos grandes grupos necesitará al otro para alcanzar los 284 votos de la mayoría.

El presidente del grupo popular explicó que la incorporación de nuevos partidos al PPE requiere el acuerdo del socio original del país en cuestión.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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