Guerra de Leones en Ucrania
Leonid Kravchuk y Leonid Kuchma se disputarán la presidencia de la república el próximo día 26
Ucrania no espera milagros de las elecciones presidenciales del 26 de junio, las primeras que se celebrarán en este país de más de 38 millones de habitantes tras la desintegración de la URSS. De no mediar sorpresas, los sociólogos pronostican que el próximo presidente -a elegir entre siete candidatos- se llamará Leonid (León, en castellano), y tanto puede ser Leonid Kravchuk, el actual titular, como Leonid Kuchma, que fue jefe del Gobierno de octubre de 1992 a septiembre de 1993.Kuchina es el favorito, con un 31% de expectativa de voto (frente a un 22% para Kravchuk), en una encuesta realizada en 12 regiones del país, afirma Víctor Nebozhenko, del Instituto de Sociología de Ucrania. Kravchuk encabeza, con un 27%, la expectativa de voto (seguido de Kuchma, con un 20%), según otra encuesta efectuada en 24 provincias por el periódico Kievski¡ Viedomosti.
El economista liberal Volodymyr Lanobiy (el Gaidar de Ucrania), y el jefe del Parlamento, el socialista Alexandr Moroz, fluctuarían entre el tercero y el cuarto puestos, seguidos de Iván Pliush, el antiguo jefe del Parlamento.
La victoria de la izquierda en los comicios legislativos de marzo ha desplazado el centro de gravedad político a las industrializadas zonas del Este, habitadas por la mitad de la población del país y las más dependientes de la economía rusa. En el referéndum de 1991, el Este, como la mayoría del país, votó por la independencia de Ucrania, seducido por un lema -"¿Quién se comió nuestro tocino?"- que prometía bienestar tras la ruptura de amarras con Moscú. Hoy, el 47% de la población de las regiones orientales y meridionales (incluida Crimea) votaría contra la independencia y un 24% lo haría a favor.
"No hay que alimentar ilusiones sobre el aumento de la conciencia nacional en estas zonas. Al empeorar la situación económica, se ha incrementado la nostalgia de la URSS", señala Irina Bekeshkina, uno de los autores del sondeo, según la cual Kuchma y Moroz aumentarán su popularidad en el Este.
Sondeos al margen, Kravchuk parece estar recuperándose del deterioro de imagen sufrido cuando trató en vano de aplazar las elecciones presidenciales. La Unión Europea le ha dado un espaldarazo con la firma del Acuerdo de Cooperación (el primero en su género con una república ex soviética) en Luxemburgo, y Washington ve en él un garante del desarme nuclear.
Habiendo recorrido el trayecto de responsable de ideología en el régimen comunista a padre del Estado ucranio, Kravchuk es capaz aún de representar un espectro político más amplio que sus rivales. el precio de este equilibrio inestable, sin embargo, puede ser el sacrificio de la reforma económica. Kravchuk ha incluido a Vitali Masol entre los candidatos a la jefatura de Gobierno que el Parlamento examina esta semana. Masol fue jefe de Gobierno de 1987 a 1990 y puede satisfacer al amplio tercio ocupado por la izquierda (comunistas, socialistas e independientes) en el Sóviet Supremo, que consta de 450 escaños de los cuales 115 están aún vacantes.
"Ahora que el péndulo político se ha inclinado hacia la izquierda, me preocupa un poco la posición de Kuchma, que también se inclina a la izquierda" señala Volodomyr Griniov, que, con Kuchma, lidera el Bloque Interregional de Reformas, que agrupa a sectores del capital estatal y privado. Pese a su alianza con Kuchma, Griniov constata que "la situación real está a favor de Kravehuk" y opina que los comunistas recién llegados al Parlamento son "lumpen" y "desposeídos", que con su "política ortodoxa" han asustado incluso a la "antigua élite parlamentaria comunista".
A diferencia de Polonia, Hungría o Rusia, en Ucrania están amenazados los principios mismos de la economía de mercado, incluida la propiedad privada, señala Griniov. El apoyo para Kravchuk podría venir incluso desde Rusia. "A Yeltsin y a su entorno les es más ventajoso Kravchuk", señala Griniov, "porque el éxito de la izquierda en Ucrania supone un apoyo a las fuerzas de oposición en Rusia".
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