El PSOE pide a González la cuestión de confianza

El presidente del Gobierno, Felipe González, escuchó ayer de sus hombres más fieles, los miembros de la permanente de la Ejecutiva Federal del PSOE, la petición de que se someta a la cuestión de confianza en las Cortes Generales y haga una remodelación de Gobierno para indicar a los ciudadanos que está dispuesto a empezar una nueva etapa. Para lo primero ne cesita el acuerdo de Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña, que por el momento no se muestra entusiasmado en prestar sus votos para una segunda investidura de González. El líder nacionalis ta catalán cree que ya colabora suficientemente con el Gobierno garantizando la aprobación de las principales leyes en el Parlamento sin necesidad de que se le requieran más declaraciones explícitas.

Los miembros de la permanente de la ejecutiva del PSOE se trasladaron ayer al palacio de la Moncloa para entrevistarse brevemente con Felipe González antes de que saliera con destino a Cartagena de Indias (Colombia), donde participará en la Cumbre Iberoamericana. A su llegada a la ciudad colombiana, el jefe del Ejecutivo eludió hacer ningún comentario sobre el bajón electoral de su partido.En algo más de tres cuartos de hora, desde Alfonso Guerra, vicesecretario general del PSOE, hasta Cipriá Ciscar, Txiki Benegas, Manuel Chaves y Joaquín Almunia, expusieron a González sus puntos de vista. No dio tiempo para mucho, pero todos dieron vueltas, todavía incrédulos, a los datos que tenían sobre la mesa. El PP había obtenido algo más del 40% de los votos, mientras que el PSOE se ha quedado en cerca del 31% e Izquierda Unida casi alcanza el 13,40% de los votos, duplicando así sus resultados anteriores.

No hubo voces discrepantes sino análisis "complementarios", según la apreciación de Ciscar. La crisis económica y su consecuencia más palmaria, el alto índice de desempleados, junto a los casos de corrupción se han llevado por delante buena parte de los apoyos sociales del PSOE. "Nuestros electores en anteriores confrontaciones han optado por la abstención o por dar sus votos a otras fuerzas, fundamentalmente a Izquierda Unida", dijo Ciscar como resumen de lo tratado con el secretario general.Dos demandas

Asistentes a la reunión confirman esta primera conclusión -la ejecutiva se reunirá el próximo lunes para un análisis más detallado y con propuestas concretas- y añaden cuáles fueron las dos demandas generalizadas que abanderé el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves: moción de confianza en el Congreso y remodelación de Gobierno. El jefe del Ejecutivo escuchó, pero no respondió.

Los asistentes son conscientes de que para someterse a la cuestión de confianza hay que contar con el beneplácito de quienes se la tienen que dar. El único apoyo claro podría venir de CiU, que por el momento no está por la labor. El comité de enlace de CiU lo dejó ayer claro. "No es necesario que Felipe González se someta a la cuestión de confianza", dijo Miquel Roca, portavoz de CiU en el Congreso. Los nacionalistas catalanes sólo tienen motivos para la alegría, ya que su política de apoyo al Gobierno de España ha sido entendida y apoyada por la mayoría de los catalanes, como demuestra su ascenso en las elecciones.

"No vemos que nada haya cambiado", decía Roca. En estricta aritmética parlamentaria tiene razón, ya que el número de escaños en el Parlamento sigue siendo el mismo. No piensa lo mismo Felipe González, sus ministros y la dirección del PSOE. Todo está pendiente ahora de una conversación entre González y Pujol.

Aunque los dirigentes del PSOE se comportaron ayer como expertos profesionales de la política, al igual que hiciera anteanoche González al conocer los resultados -repitió a algunas personas de su entorno que los socialistas son "demócratas" y ello se manifiesta tanto en el triunfo como en la derrota-, las incertidumbres que les asolan son muchas.

Si el Gobierno convocara elecciones anticipadas, como consecuencia de los resultados del domingo, no conseguiría de forma neta su doble objetivo: dejar patente su voluntad de erradicar la corrupción y favorecer el relevo en una situación de superación de la crisis económica.

Por ello, pese al revés del domingo, la voluntad de González es continuar la legislatura, aunque probablemente se vea obligado a adoptar algunas medidas simbólicas. La adopción de esta segunda vía tampoco está exenta de riesgos para el Gobierno, que en lugar de conseguir recuperar el voto perdido en estos comicios europeos, puede encontrarse ante un desgaste aún mayor.

Por ello, en algunos ámbitos de la Administración no se descarta una convocatoria anticipada de las elecciones, en el supuesto de que CiU no se comprometa con el PSOE participando en el Gobierno. Estos días empieza la negociación sobre el traspaso de competencias policiales a Cataluña y el debate sobre la representación en Europa de las comunidades autónomas. Algunos medios socialistas creen conveniente que el Gobierno implique al PP en todas las negociaciones que van a mantener con los nacionalistas en materia autonómica.A la espera de IU

En la reunión de La Moncloa se alternaron los análisis de la situación nacional con los de Andalucía, en presencia de Manuel Chaves. Pocas combinaciones caben en esa comunidad que no sea el pacto con Izquierda Unida, como reconoció ayer Chaves. Los 45 escaños de la lista socialista necesitan de los 20 de la coalición izquierdista para gobernar. A los miembros de la permanente les entraron sudores fríos, ante el silencio preocupado de González, al pensar cuál puede ser la reacción de IU en las próximas horas.

El PSOE andaluz quiere llevar al ánimo de González la perspectiva de que puede empezar una etapa en la que haya que acercarse a la organización que dirige Anguita. Empezar ahora y seguir el próximo año en las elecciones municipales y autonómicas, en una reedición de lo que fueron los pactos PSOE-PCE en cientos de municipios. "La gobernación del país está asegurada", ha dicho González.