Un alférez sueco mata a siete jóvenes al irrumpir a tiros en una fiesta

Siete vidas jóvenes, la mayoría mujeres, fueron segadas a tiros por un alférez en la madrugada de ayer en la ciudad sueca de Falun, de 55.000 habitantes, situada a unos 250 kilómetros de Estocolmo. Otro joven, herido, se debate entre la vida y la muerte. La tragedia se produjo cuando el militar, de 24 años, provisto de un fusil de asalto, abrió fuego indiscriminadamente contra los asistentes a una fiesta en un hotel.

Eran las 2.30 horas de la madrugada y el sol de comienzos del verano nórdico despuntaba ya en el horizonte cuando los asistentes a la fiesta comenzaban a retirarse. El oficial se presentó en el lugar y comenzó a disparar. Casi inmediatamente, alertada por los disparos, acudió al lugar una patrulla policial, que inició la caza del homicida. Éste trató de huir hacia un bosque cercano. El asesino fue herido y pudo ser detenido.Lo que había comenzado como una típica fiesta nórdica en medio de una naturaleza idílica, con danzas, vino y exaltación de los sentidos y la vida, culminaba en una matanza. Mikael KeIlberg, un joven recluta del regimiento donde también cursa estudios el alférez homicida, fue el primer testigo en llegar al lugar de los hechos. Todavía bajo los efectos del choque emocional relató a los periodistas: "Me encontré con un cuadro de horror de cuerpos acribillados esparcidos por el bosque. Tres de las muchachas todavía estaban con vida y sólo atiné a auxiliar a una chica de unos 20 años que estaba heridas de varios balazos en las piernas".

No se conocen las causas que desencadenaron la furia homicida del joven militar. La policía que le interrogó en el hospital donde se encuentra internado no ha proporcionado Información. Una hipótesis manejada por algunos vecinos del lugar apunta hacia un drama de celos. Una de las víctimas habría mantenido relaciones con el agresor.