Apoteosis final
"¡Quédate!". "¡Te querernos!". "¡Torero!". Éstos fueron los piropos con los que el público sevillano saludó a un Felipe González fresco como un lirio que llegó al último acto electoral de esta campaña vestido con el mismo traje que llevaba en el anterior acto público celebrado en Madrid. Los otros participantes parecían mucho más cansados, aunque no por ello dejaron de piropear a los andaluces, en lo que fue la tónica de la noche. Un intercambio de flores.El primer requiebro corrió a cargo de Fernando Morán cuando dijo a los espectadores: "Estáis ya en igualdad con todos los europeos, compañeros y amigos, y además tenéis mucha más gracia que todos los europeos". El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, aparte de tener uno de sus famosos lapsus verbales, en el que habló de "identidad pobre" en vez de "identidad propia", también destacó: "No tenemos que sentir complejo ante ninguna otra región, ante ninguna otra tierra de España". Alfonso Guerra, el único orador con inalámbrico, con la voz quebrada y auténticamente sumergido en el amor de las masas, gritaba: "¡Vosotros, vosotros, vosotros!", en un tono absolutamente delirante.
Animado como una multitudinarla verbena fue este último mitin socialista, que empezó a reunir gente -está vez, de todas las edades- cinco horas antes de empezar, a temperaturas de microoridas.
Por suerte, el atardecer trajo una agradable brisa pero el público habría resistido 50 grados. La temperatura sentimental era mucho más alta. En el pórtico musical, a cargo de Romero San Juan, que cantó muchas coplas y, sobre todo, la rumba Garantía de futuro, encargada para esta campaña, algunas personas no podían contener las lágrimas. "Mira cómo se me ponen los vellos de punta. Hija, qué hemos pasado mucho. ¿Qué han hecho ellos por Andalucía?", decía, refiriéndose al PP Antonia, una mujer de 44 años que estaba más pendiente de los cantes que de las tareas de seguridad que la había encomendado la organización. "Con ocho años me tuvo que poner mi madre a servir, y hartita de trabajar estuve, sin saber leer, que lo que sé lo aprendí de mayor, y a ese Arenas lo querría coger yo por mi cuenta".
Felipe, que fue recibido con auténticos clamores, habló al público en el tono coloquial que suele utilizar siempre pero, sobre todo, con los andaluces. El presidente, que por primera vez había llegado a tiempo de escuchar las últimas canciones de El Lebrijano -que siempre actúa en las finales-, tuvo el detalle de terminar su intervención tres minutos antes de las doce de la noche, hora en que finalizaba la campana. "¡Os regalo tres minutos!".
Su último ruego a la audiencia había sido que no dudaran ni un momento en recurrir a todos los métodos para conseguir votos para el PSOE: "Llamad por teléfono, hablad con los amigos, decidlo a todo el mundo, para que Manolo Chaves pueda seguir gobernando en Andalucía".
Para terminar, mientras sonaba la sintonía compuesta por Vangelis, que viene acompañando al PSOE desde 1982, una orgía de cohetes rompió la noche. Y la verbena continuó.
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