Las encuestas anuncian un espectacular descalabro los conservadores británicos de John Major
Los colegios electorales estuvieron semivacíos durante la larga jornada electoral de ayer en el Reino Unido, considerada por todos los analistas como un barómetro para medir el grado de apoyo de los ciudadanos británicos hacia el Partido Conservador y su líder, el primer ministro John Major. Las expectativas eran tan malas para los tories, actualmente dueños de 32 escaños en el Parlamento de Estrasburgo, que el escrutinio oficial de votos, que está previsto para la noche del próximo domingo, sólo puede oscilar entre lo malo y lo peor para los conservadores británicos.
John Major se debate, por tanto, entre un descalabro moderado que permita a los conservadores mantener la mitad de sus eurodiputados o una catástrofe histórica, lo que parece bastante probable a la luz de las últimas encuestas hechas públicas y que les deje con apenas cuatro representantes en la sede del Parlamento Europeo.La catástrofe absoluta en estas elecciones dejaría a John Major con escasas posibilidades de mantenerse más allá del próximo otoño en el número 10 de Downing Street. Su propio partido, al igual que sucedió con Margaret Thatcher cuando Mayor fue elegido por el colegio de los diputados tories, le buscaría un sustituto capaz de repuntar en la estima de los electores.
La única proyección de voto realizada por los periodistas de un diario local en Norfolk, un moderno feudo tory, dejaba pocas dudas sobre lo que les espera a los conservadores.
El Partido Laborista aventajaba allí en 20 puntos al partido en el Gobierno, cuyo primer ministro, John Major, ni siquiera se tomó la molestia ayer de acudir personalmente al colegio electoral de su jurisdicción, en Hungtinton, para votar ante las cámaras de televisión, como es costumbre entre los líderes europeos. Major envío tímidamente su voto por correo y se refugió durante toda la jornada en su residencia oficial.
El día amaneció frío y desapacible en Londres y tampoco contribuyó a calentar los ánimos la última encuesta del prestigioso instituto Mori, publicada por e diario The Times. Según esta muestra y dependiendo del grado de participación ciudadana en las elecciones, los conservadores podrían obtener entre un 23% y un 27% de los votos. Es decir entre 4 y 15 europarlamentarios más o menos.
Las perspectivas, en cambio, eran muy halagueñas para el Partido Laborista -con 45 escaños actualmente- al que estaban dispuestos a votar entre un 47% y un 51 % de los electores. Es decir, más de 60 eurodiputados. Estos datos confirmarían los obtenidos en las municipales de mayo, cuando el partido aún estaba dirigido por el recientemente fallecido John Smith.
Los Liberal Demócratas, el tercer partido en liza, obtendrían entre uno y cinco parlamentarios y entrarían, por vez primera en el Parlamento de Estrasburgo.Además de las elecciones europeas, los conservadores se enfrentaban a un segundo test. Ayer se elegía también a cinco nuevos parlamentarios de Westminster para cubrir otras tantas bajas debidas a fallecimientos, como en el caso del diputado tory Stephen Milligan, muerto en febrero en el curso de una complicada autoestímulación erótica, o retiradas voluntarias.
Sólo la sustitución de Milligan, en Easthleigh, puede modificar ligeramente el panorama de la Cámara de los Comunes, ya que todo apuntaba ayer a que el triunfo se lo apuntarán los liberal demócratas. Los restantes cuatro escaños parecen seguros en manos de los laboristas. La clave aquí es que el partido de Major también se enfrenta a una posible catástrofe: quedar tercero en las cinco circunscripciones.La sonrisa de Major
John Major, pese a todo, no perdió ayer la sonrisa y, en una multitudinaria reunión de banqueros de todo el mundo, llegados a Londres para festejar el 300 aniversario de la fundación del Banco de Inglaterra, volvió a repasar los logros económicos de sus tres años de mandato; es decir: crecimiento galopante y una inflación dominada.Al contrario que en el Reino Unido, en la República de Irlanda, donde los comicios no tienen una lectura tan doméstica, las expectativas se mantienen buenas para el más veterano de los dos partidos que gobiernan en coalición el país. De acuerdo con una reciente encuesta publicada por el Nunday Independent, el Fianna Gail se perfila como favorito con posibilidades de obtener siete de los quince escaños de que dispone Irlanda en Estrasburgo.
Los laboristas, en cambio, la otra pata de la coalición podrían perder uno de sus eurodiputados por Dublín, que pasaría a manos, del partido de oposición Fine Gael.
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