30 millones de comisión
El empresario Claude Roland Costa Curta, que se encuentra en la cárcel de Champ Dollon desde el pasado 2 de junio, ha reconocido haber prestado su nombre para comprar un piso en París y una villa en la isla caribeña de San Bartolomé, a cambio de 300.000 francos suizos (unos 30 millones de pesetas). Parte del dinero que fue utilizado en la operación pasó por bancos suizos.La Corte de Acusación de Ginebra prolongó ayer en tres meses la prisión preventiva de Costa Curta, presunto testaferro del ex director general de la Guardia Civil.
El procurador general que instruye el caso, Bertrand Bertossa, ha declarado a EL PAÍS que se ha prolongado la prisión preventiva "durante el máximo de tiempo posible, tres meses, que pueden ser renovables". En el caso de ser encontrado culpable, Costa Curta podría ser condenado a tres años de prisión, la máxima pena imponible por la legislación helvética por este tipo de delitos.El inculpado ha admitido los hechos de que le acusa la justicia ginebrina, aunque no se declara culpable, según su abogado defensor, Maurice Harari.
El procurador señaló que el hombre de negocios, domiciliado en Londres, "pensaba que [la operación] se podía hacer por razones fiscales" y que, por tanto, no había problema legal en prestar su nombre.
La investigación emprendida deberá establecer si Costa Curta o alguna de sus sociedades han estado implicadas en otras operaciones de blanqueo de dinero, según el procurador, que se negó a dar cualquier detalle sobre el caso que se investiga.
Tampoco quiso confirmar si éste es el único caso sometido a investigación relacionado con el escándalo de corrupción protagonizado por el antiguo director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, que se encuentra en paradero desconocido desde el pasado mes de abril y sobre el que recae un mandato de arresto internacional.
