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Entrevista:

"No me interesa que el lector me cante, me declame ni me recite"

El poeta brasileño Joáo Cabral de Melo Neto, de 74 años, recibió el viernes la tercera edición del Premio Reina Sofia de Poesía Iberoamericana, dotado con seis millones de pesetas, por el conjunto de su obra. Autor de La educación por la piedra, su poesía "constructivista" tiene una dimensión ética y social. En esta entrevista, celebrada en su domicilio de Río de Janeiro, declara que recibió el galardón con mucha emoción "no sólo porque no lo esperaba, sino también por tratarse de un galardón nada menos que de España, un país donde desempeñé seis cargos diplomáticos y que considero una especie de segunda patria".Pregunta. ¿De dónde ha recibido sus mayores influencias?

Respuesta. De la literatura española, sin duda. Todos los jóvenes literatos brasileños de mi tiempo sufrían fuerte influencia de la cultura francesa. Yo no tengo ningún diploma universitario, y en 1941, cuando fui a España por primera vez, resolví estudiar la literatura española en forma sistemática, desde el Poema de Mio Cid hasta los grandes nombres de este siglo. Esta influencia cambió la orientación de mi obra.

P. ¿Cómo explica esta influencia tan fuerte?

R. Pues no lo sé, no tengo sangre española. Hasta donde conozco mi genealogía, sólo tengo ancestros portugueses, y luego brasileños. Tal vez sea por el hecho de que el paisaje de Pernambuco recuerda un poco el de España. La región boscosa de Pernambuco se parece mucho a Andalucía, mientras que la región agreste de ese Estado brasileño me trae reminiscencias de la meseta castellana. Pero, además del paisaje, también me he identificado siempre mucho con la manera de ser de los españoles.

P. ¿Cómo definiría su proceso de creación?

R. No soy un poeta inspirado. Soy un constructivista. Si por un lado mi interés por la música es casi nulo, con excepción del flamenco, por otro siempre me fascinaron las artes plásticas. En particular, los cubistas siempre ejercieron una gran influencia sobre mí, con aquel sentido de construcción, de rigor. Pierre Reverdu, que era un poeta francés, decía que el poeta es un albañil, que ajusta las piedras, mientras que el prosista es un betonnier, pues su trabajo consiste en derramar el cemento. Escribo con dificultad y buscando un lenguaje que no resulte muy fluente al lector. No me interesa que el lector me cante, me declame ni me recite; escribo una poesía para leer en voz baja.

P. ¿Cómo es su poesía?

R. Es una poesía visual, humanista, realista. No es introspectiva ni subjetiva, sino volcada al mundo exterior, al mundo real.

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