Washington, Tokio y Seúl piden al Consejo de Seguridad sanciones contra Corea del Norte

Altos representantes de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur pidieron anoche, tras dos días de conversaciones en Washington dedicadas a la amenaza nuclear representada por Corea del Norte, que el Consejo de Seguridad de la ONU tome rápidamente cartas en el asunto y "dé una respuesta adecuada, incluyendo sanciones", contra Pyongyang. La actitud del régimen de Kim Il Sung "amenaza la paz y la seguridad en toda la región noreste de Asia", afirman los representantes de los tres países en una breve declaración hecha pública tras el encuentro.

Los participantes a la reunión se negaron, sin embargo, a dar más detalles sobre la naturaleza de las sanciones que van a pedir a las Naciones Unidas. Tras leer el texto del comunicado conjunto, el secretario de Estado adjunto norteamericano, Robert Gallucci, se negó a contestar a las preguntas de los periodistas al respecto.Esta reunión de altos representantes de los tres países se produjo después de que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) confirmara que sus técnicos no habían podido concluir de manera satisfactoria la inspección que pretendían llevar a cabo en el reactor de Yongbyon, a 90 kilómetros de Pyongyang. El director del OIEA, Hans Blix, matizó sin embargo ayer al respecto que su organización "jamás ha dicho que Corea del Norte tiene ya una bomba atómica, sino que produjo en el pasado más plutonio que, el declarado".

Mientras tanto, el régimen norcoreano, a través de su embajador en China, Chu Chang Jun, rechazó ayer la propuesta rusa de celebrar una conferencia internacional para poner fin a la crisis en la península. El presidente ruso, Borís Yeltsin, respondió a la demanda norteamericana de apoyo a las sanciones que su Gobierno sólo estaría a favor de que el Consejo de Seguridad de la ONU las dictara si se celebra -y fracasa- una conferencia en la que participarían los ocho países más implicados en el problema.

Declaración de guerra

En una conferencia de prensa celebrada en Pekín, Chu volvió a insistir en que cualquier sanción internacional contra su país sería considerado como una "declaración de guerra" y aseguró que Corea del Norte sería capaz de triunfar ante cualquier eventualidad. "Sobreviviremos a las sanciones económicas y alcanzaremos la victoria en esta lucha", declaró.

"No nos dejaremos intimidar por ellos. No creemos que la comunidad internacional se deje intimidar", afirmó por su parte Robert Gallucci en respuesta a las amenazas belicistas de Pyongyang.

El representante norcoreano desmintió las informaciones aparecidas en la prensa hongkonesa según las cuales China ha dejado de apoyar al vecino régimen de Kim Il Sung. Chu destacó que no había recibido la más mínima indicación de Pekín de que, si se dictan sanciones internacionales, China suspendería sus cruciales exportaciones de crudo y grano.

La situación económica en Corea del Norte es desastrosa y sin la ayuda del Gobierno chino, el hambre, que ya comienza a notarse, azotaría a una gran parte de la población. De hecho, si China no se suma a las sanciones el impacto que tendrían sería mínimo, pero en caso contrario la situación en Corea del Norte puede pasar de "catastrófica a caótica", según fuentes diplomáticas.

Mientras tanto en Seúl se ha organizado un comité especial encargado de estudiar las sanciones a Corea del Norte y seguir detalladamente cualquier reacción política o militar del régimen de Kim Il Sung a ellas.

Japón, el país a través del que Corea del Norte recibe la mayoría de su divisas, debido al comercio bilateral y a los residentes norcoreanos que envían fondos a sus familias, tiene ya preparada una lista de sanciones que pasa principalmente por la prohibición de cualquier transacción bancaria.

Mientras tanto, en Viena, los 35 gobernadores del OlEA anunciaron ayer que tienen previsto reunirse la semana próxima para tratar de encontrar una respuesta al desafío de Pyongyang y, al mismo tiempo, evitar una ruptura definitiva con ese país.