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Vuelve la Europa de varias velocidades

Francia y el Reino Unido abogan por una reforma de la UE que dé más libertad a los Estados

Lluís Bassets

El primer ministro británico, John Major, y el ministro para Asuntos Europeos francés,, Alain Lamassoure, situados en posiciones muy distanciadas en cuestiones europeas, han coincidido casi el mismo día en apostar por que la Unión Europea se convierta en 1996, fecha de la reforma del Tratado de Maastricht, en un club con varias categorías de socios, según la voluntad y las posibilidades de cada uno.El Gobierno de Edouard Balladur ha explicado su apuesta en favor de una Europa de dos velocidades en la cumbre bilateral con Alemania celebrada en Mulhouse esta semana. El Gobierno británico, en cambio, ha sacado a la luz la cuestión de la Europa a la carta en plena campaña electoral europea, en un intento de recuperar votos euroescépticos.Las negociaciones de adhesión de Austria, Finlandia, Suecia y Noruega, finalizadas el mes de abril, han reforzado las posiciones de los partidarios de una Unión Europea con igualdad de trato para todos. Ninguno de los países candidatos obtuvo derogaciones permanentes en su pro.ceso de negociación y todos asumieron el entero acervo comunitario. Ahora, el debate sobre la geometría variable o la Europa de distintas velocidades ha reaparecido con la campaña electoral para renovar el Europarlamento y con los primeros pasos en la preparación de la Conferencia Intergubernamental de 1996, en la que deben reformarse las instituciones europeas para permitir la entrada de la próxima hornada de nuevos socios.

Major defendió en un mitin una Europa de "varios caminos, varias velocidades y varias apuestas". También aseguró que "estar en el corazón de Europa no significa aceptar cualquier cosa de cualquiera, aunque sea malo para Europa, sino estar en medio de una comunidad, buscando alianzas y argumentando en favor de la Europa que queremos". La oposición le acusó inmediatamente de llevar al Reino Unido a la segunda división europea.Lamassoure, por su parte, defendió en un artículo publicado por el diario Le Monde el mismo día de la cumbre franco-alemana la formación de un grupo de nuevos fundadores de la Unión, al que se apuntarían de forma voluntaria los Estados dispuestos a asumir todas las políticas comunes, especialmente la moneda única, la PESC (Política Exterior y de Seguridad Común) y la Política Judicial y de Interior. Francia y Alemania formarían el eje central y la locomotora de esta Unión refundada, a la que difícilmente podrían optar países como Dinamarca y el Reino Unido.

Aunque Major utiliza indistintamente las expresiones "varias velocidades y varios caminos", el modelo que ha defendido corresponde más exactamentre a la llamada geometría variable o a la carta, por la que se entiende que cada país selecciona las cuestiones que le interesan de la lista de políticas comunes, sin que exista ninguna perspectiva de alcanzar un punto de llegada en el que todos participen finalmente de todas las políticas. El Reino Unido desea con ello diluir la Unión. en una zona de libre comercio cuyos países se asocian entre sí por asuntos y afinidades en una maraña de acuerdos.

Bajo el nombre de varias velocidades se entiende que cada socio adopta las políticas que es capaz de asumir, con la idea de que en algún momento alcanzará a los otros países y se situará en la misma velocidad.

La posición alemana no está todavía clara, ya que depende de la evolución de la Unión Económica y Monetaria (UEM), en la que Bonn sostiene la necesidad de mantener la política de convergencia a ultranza sin obsesionarse por la cuestión del calendario. Las declaraciones francesas y británicas coinciden también con un clima de ligero optimismo respecto a la posibilidad de alcanzar la moneda única en 1997. El secretario de Estado español de Economía, Alfredo Pastor, expresó el mismo día sus "dudas sobre que alguien pueda cumplir todas las condiciones de Maastricht" en la fecha señalada. Pastor añadió que "España no puede cumplir los criterios de convergencia en l997".

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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