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Soto y Tamayo trataron de rebatir al gobernador el Banco de España

Las comparecencias ante la comisión Rubio de Jaime Soto y Benito Tamayo, máximos responsables del grupo Ibercorp, junto con Manuel de la Concha, tuvieron como eje básico "tratar de rebatir las explicaciones dadas el día anterior por el gobernador del Banco de España sobre el funcionamiento del grupo Ibercorp" según fuentes de la comisión de investigación, que apuntaron que Jaime Soto dejó sin respuesta varias preguntas sobre su patrimonio personal y la forma en que se administraba.

Al explicar su versión de los hechos, ocurridos en los primeros meses de 1992, que acabaron con la suspensión de pagos de banco Ibercorp, Tamayo y Soto se centraron en la existencia de un "trato discriminatorio, no de favor" por parte del Banco de España respecto al Grupo Ibercorp. Algunos miembros de la comisión no dudaron en calificar de "contradicciones flagrantes" las que se manifestaron tras lo dicho por Luis Ángel Rojo, gobernador del Banco de España, y dos de los más importantes responsables de Ibercorp.

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Estas contradicciones se centran, según estas fuentes, en la venta de las sociedades de leasing y de financiación de Ibercorp a Crédit Agricole. Según varios miembros de la comisión, Rojo dijo que la venta se había concertado con la delegadión del banco francesen España, mientras Tamayo habló de numerosos viajes a París" para negociar con la cúpula de Crédit Agricole.

En apoyo de la primera tesis, otro miembro de la comisión señala que "alguien desde España se columpió a la hora de explicar la bondad de la compra en Francia; algo que le pudo costar el puesto".

Esta diferencia se complementa con otra que apunta a que el gobernador del Banco de España manifestó que parte de los importes de las ventas de las dos sociedades no han sido pagados por los compradores, mientras que Tamayo y Soto afirmaron rotundamente que sí se habían pagado y que "bastaba con preguntar a Crédit Agricole si se había pagado o no".

Otros comisionados afirmaron que no recordaban que Rojo hubiera dicho que no se hubiera pagado la parte que faltaba según el contrato de venta.

La defensa de Tamayo y de Soto consistió en señalar que II una cosa era el Grupo Ibercorp y otra la sociedad de valores, que era controlada exclusivamente por Manuel de la Concha".

Pero eso se contradice, según fuentes de la comisión, con el hecho de que Banco Ibercorp concedió un crédito de 580 millones, sin intereses, a De la Concha para que controlara el 70% de las acciones de la sociedad de valores con el compromiso de pagar el crédito con esas acciones.

Pago indirecto

Como reconocieron fuentes de Ibercorp, era una forma de pago adelantado a De la Concha por lo que se calculó que valía el antiguo despacho de agente de cambio y bolsa que originó la sociedad de valores.

Pero Soto no contestó, en contra de lo dijo a la salida, a varias preguntas que se le hicieron. Fueron las referidas a su patrimonio, y, sobre todo, a si era admistrado por el despacho de De la Concha y en qué forma.

Cuando se le preguntó si tuvo una cuenta de pagarés del Tesoro en el despacho respondió diciendo que "entendía que no había ido a hablar de ello y que consideraba que no era procedente hablar de ello", señalaron fuentes de la comisión.

Lo mismo hizo al preguntársele acerca de si tenía o no una cuenta especial en dicho despacho, y, en caso afirmativo, cómo funcionaba. Aunque se le señaló que se preguntaba para conocer el funcionamiento, no hubo respuesta.

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