El Vaticano prepara una declaración de culpabilidad por la persecución judía
La Iglesia católica "confiesa que sobre ella pesa una corresponsabilidad en el holocausto y que se ha cargado de culpa", según una propuesta de declaración del Vaticano titulada Antisemitismo, holocausto e Iglesia, que circuló ayer en Jerusalén y en Roma. La propuesta coincide con la visita a Israel de una delegación vaticana presidida por el cardenal, Edward Cassidy, presidente de la Comisión para las Relaciones con el Hebraísmo.
La propuesta, promovida en este punto concreto por los episcopados de Polonia y Alemania, que ya habían asumido responsabilidades similares en sus territorios respectivos, se inscribe en el marco de la plena normalización de las relaciones entre Israel y la Santa Sede, iniciada el pasado 30 de diciembre. Y puede ser "histórica", según declaró ayer en Jerusalén el rabino David Rosen, uno de los protagonistas del diálogo hebreo con la Iglesia católica."La Iglesia", recuerda Rosen, "había condenado ya en el pasado el antisemitismo, definiéndolo incompatible con la fe, y también había admitido que éste se había manifestado en la prédica y en la doctrina católica. Pero nunca había hablado de este modo: ahora, asume la responsabilidad de haber preparado el terreno para la persecución y el holocausto de los hebreos".
No obstante, observadores directos del diálogo judeo-católico y del proceso de elaboración del documento, recuerdan que la propuesta de los obispos alemanes y polacos aún no ha sido aprobada y consideran dudoso que la posición de dos Iglesias particulares vaya a ser asumida en una declaración de la Iglesia universal.
El borrador de la declaración tiene tres partes. En la Primera se habla de las, raíces históricas del antijudaísmo. Subraya la importancia de la tradición teológica y del antijudaísmo eclesial en la evolución hacia la diáspora y el holocausto, para culminar con esa asunción explícita de "corresponsabilidad" y de "culpa" que todavía no ha sido aprobada. En el texto se lee:
"La Iglesia reconoce que existe un nexo entre la tanto tiempo defendida 'doctrina del desprecio frente al judaísmo y el brutal antisemitismo del mundo occidental moderno". Por ello, "siente vergüenza y arrepentimiento, y reconoce la necesidad de conversión". La tercera parte del borrador invita a los católicos a comprometerse con acciones decididas frente a todas las manifestaciones de antisemitismo.
