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Los pájaros revolotean alrededor de la obra y la mente de Manuel Rivas

Nueva entrega del ciclo de lectura en público 'La voz del narrador'

No trajo tempestades ni tormentas. Tampoco consiguió meter cuervos en la maleta. El' escritor gallego Manuel Rivas apenas trajo a madrid los pájaros de su cabeza y un manojo de plantas y flores salvajes de su tierra. Con una vela que le iluminaba la mitad del rostro, leyó poemas y capítulos de sus obras y alumbró su camino de' luciérnagas, "esos hilos invisibles que dejan las personas y los pueblos detrás de sí". Rivas es el segundo autor que participa en el ciclo La voz del narrador que ha preparado la editorial Alfaguara en su 300 aniversario y que se celebra los lunes en el Hotel Palace.

Fronteras rotas

El escritor Manuel Rivas definió En salvaje compañía, su último libro, como un destructor de fronteras: la de la fantasía y la de la realidad, la de la vida y la muerte, la del tiempo cronológico y el tiempo interior, la de los pájaros de su cabeza y la de los que vuelan por el campo.

El narrador de la novela es un cuervo, que vigila y protege a Rosa, la protagonista. "Los pájaros son el mundo de la imaginación. Con ellos veo el lado salvaje de la vida", afirma Rivas. Además de pájaros, el escritor tiene más músicas y nuevos olores en su cabeza desde que acabó de escribir el libro. De los 150 asistentes a la lectura, Rivas sólo conocía a tres. "Me ha gustado leer mi novela en público. únicamente había leído poemas. Mientras la escribía pensaba que algún día se la contaría a un nieto como si fuera una leyenda".

El escritor José Luis Sampedro era uno de los atentos oyentes.

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Sampedro fue el primer prosista de este ciclo de elctura en voz alta y ayer acudió como oyente para preguntarle a Rivas qué opinaba del dicho "una imagen vale más qué mil palabras". Rivas le contestó con cariño (minutos antes le había dedicado un poema llamado Cultura, que llevaba escrito en el reverso de un naipe): "Mi literatura está condicionada por el mundo de la imagen. Quise ser director de cine, pero ahora me doy cuenta de que mis mejores películas las he escrito y allí es donde no pueden llegar las imágenes".

Defensa de la palabra

El escritor gallego había hecho previamente una ardiente defensa de la palabra. "Tenemos que recuperar las palabras, plantarlas y dejarlas crecer. Escribir es desenterrar las palabras como quien coge frutos de debajo de la tierra", sentenció Manuel Rivas.

Sin beber ni una sola gota de agua, Rivas leyó durante una hora poemas y palabras, una lectura en público que no había ensayado: "Estaba nervioso. Llevo una vida muy desordenada y no he podido preparar la lectura" se disculpó al terminar el acto.

Sin embargo, la entonación músical que supo dar a sus palabras el escritor mantuvo los oídos atentos y consiguió la máxima atención mientras leía 1 capítulo de En salvaje compañía que relata un crimen pasional: "Tenía un cariño en Alemania...

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