Caricatura de obscena simpatía
Desenfreno: una situación morbosa y picante, unos actores que desde su buena calidad de siempre, se sueltan el pelo -los getos, las entonaciones, los saltos las contorsiones- y unos espectadores predispuestos, capaces de identificarse con su propia caricatura y gozar de ella. La situación: un par de matrimonios de la edad mediana un poco pasada reciben al viejo amigo divorciado y casado con chica nueva, novísima. Veinte años tiene, y debe tenerlos esta actriz: veinte espetaculares años de mujer objeto.La sexualidad que se desprende esta pareja de veinte y cuarenta -por tomar un título de e situación que escribió López Rubio-, de la que no se hurta ni jadeo, ni el grito, ni el toquete ni la palabra libidinosa, exalta enfurece a las otras dos pareja que llegan a odiarles. ¿Nada más? Nada más, salvo ingenio chiste; y la filosofía de la cuestión o del tiempo que pasa, la rutina del matrimonio frente a novedad que ellos ni recuerda y del chiste teatral -de palabra o de imagen, o de gesto-, palabras largas de consolación, para que no termine todo tan desabrido, para las damas y caballero que contemplan, a los que hay que explicar que su realidad la vida". Probablemente no necesitan; se han reído de el mismos a gusto o, como digo, su caricatura, puesto que es teatro de caricatos, y en eso están, repito que sin perder calida de los buenos actores del reparto.
Luna de miel para seis
Luna de miel para seis, de Hugo Sofovich. Intérpretes: Antonio Medina, Joaquín Kremel, Julia Trujillo, Julia Torres, Carlos de la Rosa, Pilar del Río Dirección: Eduardo Bazo. Teatro Reina Victoria, 19 de mayo.
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