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Un funcionario del Fondo de Garantía apodera la sociedad que usó Ruiz de Alda

Un funcionario del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) es desde,1985 la única persona con poderes de firma en Scipio, sociedad utilizada por el ex gobernador del Banco de España Juan Antonio Ruiz de Alda, ya fallecido, para ocultar su participación del 7% en Grupo Financiero Ibercorp, SA. El cúmulo de irregularidades relacionadas con la venta de Scipio a Ruiz de Alda ha hecho que se estén revisando las operaciones de venta de aquellos años.El FGD vendió Scipio en junio de 1985 y se cometieron irregularidades calificadas como "olvidos o errores de consideración". Scipio era del Fondo desde 1981, cuando fue adquirida a Promobanc. En 1984 una sociedad instrumental del FGD, Realizaciones Patrimoniales, empezó a ejercer como administrador único y tres funcionarios accedieron al consejo.

Cuando el Fondo se desprendió de Scipio, inscribió en el Registro Mercantil la renuncia de Realizaciones Patrimoniales como administrador y la de poderes que tenían dos de los tres funcionarios del "hospital de bancos". Quedó uno con los poderes. El comprador, que fuentes del Fondo dicen desconocer, no hizo ninguna inscripción en el Registro. Así, quien hoy tiene poderes legales para usar la sociedad es aún una persona relacionada con el FGD.

"Es un error del Fondo o del notario" señalan en el FGD. Un olvido que estas fuentes califican de importante y del que no han sido alertadas hasta hace unos días. "Hay que tener la certeza de que el administrador autorizado no ha participado en ninguna operación tras la venta de Scipio", indican. Pero no dejan de sorprender las irregularidades cometidas y, que favorecieron que Ruiz de Alda, entonces subgobemador del Banco de España y presidente de la comisión gestora del FGD, mantuviera formalmente oculto que era el propietario real.

"Lo impresentable"

"El Fondo sabía quien estaba detrás de la póliza de compraventa de Scipio intervenida por el agente de cambio y bolsa Manuel de la Concha", expresan fuentes que conocen la operación. "Lo grave no es que se vendiera a Ruiz de Alda. Lo impresentable es que la comprara para hacer lo que hizo".El problema ahora, al margen de las irregularidades del Fondo en su venta, se traslada a otros ámbitos. ¿Cómo nadie detectó dichas irregularidades? Hasta la ley de sociedades anónimas no había obligación de depositar las cuentas anuales de la sociedad en ninguna parte, pero a partir de 1989 sí y no se ha hecho.

Cuando Hacienda preguntó hace dos semanas al Fondo que a quién se le había vendido Scipio, se produjo una respuesta poco clara: "Podría estar detrás Ruiz de Alda, aunque no se tenía constancia documental". Los responsables del Fondo, tras enterarse de que Ruiz de Alda ocultó su participación en la compra de Sistemas AF y un año después su entrada en Ibercorp, han decidido iniciar "una investigación interna sobre las operaciones de venta realizadas en aquellos años por si se hallan otras similares a la de Scipio".

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