Reliquias de España
Hace 11 meses, las elecciones volvieron a dar a los socialistas españoles un poder limitado. ( ... ) Felipe González dijo que ha bía comprendido el mensaje, y anunció un cambio dentro del cambio, esto es, una limpieza a fondo de los hábitos corrompidos del partido socialista. Pero, después de junio de 1993, el presidente del Gobierno, en el fondo veleidoso y partidario de esperar los acontecimientos, no ha cambiado en absoluto. Forzado por las circunstancias, no se ha ocupado más que de la aritmética parlamentaria de sus alianzas politiqueras. La corrupción, que campa por sus respetos, ha descargado en un trueno que ha hecho tambalearse a todo el Estado, hasta comprometer la unidad nacional, ya que los socialistas dependen de los nacionalistas catalanes para sobrevivir. ( ... )
González cree haber aportado pruebas convincentes de su eficacia en el arte de frenar la corrupción, y se jacta más que nunca de ser el hombre indispensable. Por lo visto, la gangrena no viene de las canalladas de ministros y altos funcionarios que él ha nombrado y confirmado en sus cargos, sino que proviene de la perfidia de la oposición. ( ... ) La culpabilidad penal puede ser improbable, pero la responsabilidad política es clamorosa. ( ... )
Sin una depuración seria, la Europa por la que vamos a votar nuevamente el 12 de junio corre el riesgo de parecer una asociación de delincuentes.
14 de mayo
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.