Tendencioso
Aún perplejo tras leer el tendencioso escrito de Antonio Muñoz Molina publicado en este periódico el pasado 20 de abril, he considerado procedentes los siguientes comentarios:1. La premisa del artículo es oportunista y tramposa. El compositor Kurdt Cobain murió de un balazo y no a causa de droga alguna. Relacionar su fallecimiento con los de Hendrix o Joplin es corno equiparar los suicidios de Heminway o Celan con la muerte de Antonio de Senillosa, por ejemplo, donde también medió fatalmente un tipo determinado de ebriedad.
2. El estigma de la abstinencia como conducta reaccionaria no es un invento de "mitad de los setenta". Los "fanfarrones de la sobriedad", como los llamó Baudelaire, han sido desde el umbral ¿le los tiempos certeramente denostados Por las mentalidades más avanzadas del momento. La cobardía ante los demás y la propia conciencia que la privación camufla no pasó desapercibida para Filón, Plutarco, Gautier o muchos otros.
3. La función del opio es eminentemente analgésica. Su importancia en la obra de Poe y en la de opiémanos como Goya, Keats, Coleridge, Walter Scott, Jovellanos o Verlaine es análoga a la del sintetizador de voz humana en la obra del físico S. Hawking. Dar pábulo siquiera cínicamente a la versión apócrifa que lo supone "fuego del genio" da idea de la hondura que el artículo pretende.
4. ¿Qué tuvo que ver Jim Morrison con la heroína? Nada. Un mínimo conocimiento del tema le habría disuadido de vincular a un dipsómano con dicha droga.
Serán únicamente sus canciones lo que, llegado el caso, nos haga a los jóvenes glorificar a Cobain-
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