El Gobierno dominicano de Balaguer califica de "conjura exterior" las críticas por fraude electoral
ENVIADA ESPECIALLas elecciones generales dominicanas han llegado ya a un punto de delirio. Las denuncias de fraude han servido para que el Gobierno del presidente Joaquín Balaguer saque a pasear el orgullo patrio y lance duros ataques contra los observadores internacionales y los corresponsales extranjeros, a los que acusa de interferir en los asuntos internos del país como parte de "una conjura" para unir la República con el vecino Haití. El candidato opositor, José Francisco Peña, exige la anulación de los comicios.
La Junta Central Electoral emitió ayer el último cómputo provisional de las elecciones presídenciales, cuando aún queda por escrutarse el 2,3% de las mesas: Joaquín Balaguer, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), ha obtenido un 42,40% de los votos, y el socialdemócrata José Francisco Peña, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), un 41,39%. La ventaja de Balaguer es de 29.590 votos.La confusión reina en el país. El resultado final de las presidenciales queda de momento en el aire, a la espera de que la Junta resuelva de alguna forma las denuncias de irregularidades. Ayer se supo que hay una cifra hinchada de 800.000 votos de diferencia entre los cómputos emitidos por esta institución y los datos suministrados por las mesas electorales, para un censo de tres millones y medio de votantes. La misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha reconocido, por ejemplo, "la masiva privación" del derecho. del voto en el norte del país.
Peña ha exigido ya la repetíción del proceso y ha pedido a Balaguer "una solución honorable". "No me da la gana creer que el presidente Balaguer pueda terminar así. Creo que me va a llamar", dijo y advirtió: "Tengo un partido disciplinado, pero esta gente sabía que yo tenía ganadas las elecciones y si no dan una solución honorable perderé el control de esa masa y eso aquí se va a pagar con mucha sangre, dolor y lágrimas".
En una reunión mantenida el jueves con los observadores internacionales y con representantes,del cuerpo diplomático -entre ellos los embajadores de España, Ricardo Díaz Hochleitner; -Y Estados Unidos, Robert Pastorino- Peña expuso detalladamentelas irregularidades detectadas y denunció acciones intimidatorias del Ejército en diversas poblaciones que incluyeron asaltos a juntas electorales y el cierre forzoso de algunos colegios.
El anciano presidente Balaguer, en una entrevista televisada a todo el país, afirmó que no cree que "el fraude sea tan grande que desnaturalice la voluntad popular" y aseguró que más allá de las quejas de Peña "hay una conjura internacional, algo que tiene que ver con el problema haitiano, con una vieja idea de querer integrar ambos países".
El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Arístides Taveras, fue más allá y denunció la intromisión descarada y el partidismo" de observadores y periodistas internaciopnales en el proceso electoral. El canciller ha advirtido "a los distinguidos extranjeros" que "si la seguridad del Estado fuera vulnerada, las autoridades dominicanas no tendrán otro camino que poner fin a sus actividades antidemocráticas".
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