Dos nuevos poetas salen de las catacumbas
Ada Salas y Alejandro Céspedes publican sus libros premiados por Hiperión
La editorial Hiperión publica hoy los libros ganadores de su 9º premio de poesía. Variaciones en blanco, de Ada Salas (Cáceres, 1965), y Las palomas mensajeras sólo saben volver, de Alejandro Céspedes (Gijón, 1954), ganaron ex aquo el galardón, entre 400 obras presentadas. "Los dos libros son excelentes pero muy distintos; de ahí esta decisión salomónica" explica Jesús Munárniz, director de Hiperión. Salas y Céspedes comparten, en cambio, algunas preocupaciones. Por ejemplo, el empobrecimiento lingüístico entre los jóvenes.
"Mi primer material son los sentimientos en bruto", afirma Céspedes, que considera la poesía "una forma de moldear los sentimientos para que sean aceptables". Para el poeta asturiano, escribir es un acto temerario, que en el mejor de los casos resulta terapeútico. Ada Salas está menos convencida sobre el origen de sus poemas: "En el acto de creación busco algo que no sólo está dentro de mí. Se trata también de sentimientos imaginados, que no quiere decir fingidos. Prefiero que la palabra me sorprenda. Mi escritura es introspectiva".Munárriz describe el libro de Ada Salas como "poesía del silencio", y destaca su componente musical y el "gran peso semántico de cada palabra". El de Céspedes, lo considera "mucho más tradicional en su planteamiento", e incide en "su fuerte carga emocional".
Céspedes confiesa que Siente un enorme pudor al someter sus escritos al juicio de los lectores. "Al principio pensaba que nadie me leería. Cuando me di cuenta de que existía esa posibilidad, me encasquillé". Ada Salas, en cambio, considera que "el poema, una vez escrito, se convierte en una realidad ajena al escritor". Salas no está segura de que el poema le haya pertenecido nunca, y afirma que no siente pudor alguno en dar a conocer sus versos.
Para Céspedes, el hecho de que se publiquen muchos libros de poemas no significa que el género tenga buena salud: "Se publican muchas obras debido a la abundancia de premios, pero el problema es que la mayoría nunca llegan a las librerías". Ada Salas tampoco se hace ilusiones sobre la capacidad de la poesía de llegar a un público más amplio: "Hay muy pocos lectores, y suelen ser estudiosos o escritores. No hay duda de que la poesía es para minorías, y casi mejor que sea así".
Preocupaciones esenciales
A pesar de su diferente manera de entender la poesía, ambos comparten algunas preocupaciones esenciales. Por ejemplo el empobrecimiento lingüístico entre los jóvenes, él desde su experiencia como director del Teatro Municipal de Móstoles y ella como profesora de lengua en un instituto de Madrid.También coinciden en su escepticismo con respecto a las corrientes poéticas de los últimos años en España. "Obedecen a intereses muy localizados, y no veo, como lector, grandes caracteres diferenciadores", señala Alejandro Céspedes. Ada Salas piensa que "no se puede definir algo desde dentro", ya que "hace falta la perspectiva del tiempo". Los dos también están de acuerdo en que entre sus colegas, como sucede entre los novelistas, "las rencillas y los conflictos generacionales, están a la orden del día".
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