El PP cerrará la incineradora de Valdemingómez si contamina

"Lo que cueste". La concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, no tiene en mente ningún límite monetario a la hora de encargar a una empresa la vigilancia de la incineradora de Valdemingómez. Lo que sí tiene claro es que la policía del quemadero de basuras va a tener mucho trabajo. Quien gane el concurso tendrá que olfatear con fruición los gases que emita la planta y comprobar que no contamina. "Y si no funciona bien, la cerramos", asegura.La auditoría también analizará las cenizas que produzcan las 600 toneladas de basura inmoladas cada día, pero Aguirre no sabe todavía qué se va a hacer con ellas. "Cuando tengamos las cenizas veremos si son tóxicas o no", explica la edil de Medio Ambiente. "Si, por ejemplo, contienen metales pesados, habrá que inertizarlas en vertederos especiales de seguridad", prosigue; "si son inocuas, las cenizas irán a cualquier basurero normal".

La empresa que haga de policía de Valdemingómez se encargará de analizar las cenizas y otros restos sólidos, así como de los lixiviados (ácidos que produce la fermentación) una vez al mes; cada tres meses se tomarán muestras de los suelos próximos a la incineradora. Además deberá medir simultáneamente y de forma continua la temperatura de los gases emitidos, concentración de oxígeno, monóxido de carbono, ácido clorhídrico y compuestos orgánicos tres días seguidos al mes como mínimo.

A fin de que Tirmadrid no varíe la composición de las basuras quemadas durante los controles periódicos, Aguirre asegura que la empresa deberá realizar también controles aleatorios, y sin previo aviso.

Los ecologistas no se fían de la transparencia de esta auditoría. Dudan de que los informes elaborados por la empresa encargada de husmear en Valdemingómez sirvan para corregir anomalías o para cerrarla.