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Un comandante dice que Roldán le pidió nombres de infiltrados en ETA para dárselos a Herri Batasuna

El comandante Serafín Gómez Rodríguez, destinado actualmente en el servicio de investigación y desarrollo de la Guardia Civil, aseguró el lunes ante la comisión Roldán que el ex director general le pidió en 1991 el nombre de un confidente en Navarra para entregárselo a HB, revelaron ayer fuentes de dicha comisión. Según el comandante, el dirigente de HB Patxi Zabaleta exigió la identidad del topo de la Guardia Civil que había facilitado la caída del comando Nafarroa de ETA a cambio de permitir que el socialista Gabriel Urralburu accediera a la presidencia foral.

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Pese a reiterados intentos, Gabriel Urralburu no pudo ser localizado por este periódico ayer por la tarde. Patxi Zabaleta calificó de "absolutamente falsa" la imputación del comandante Gómez. Según el portavoz de HB en el Parlamento navarro, en las conversaciones que mantuvo con el PSOE en junio y julio de 1991 sólo se discutieron "temas programáticos o de acción de gobierno" y en absoluto "ningún asunto relacionado ni remotamente con la lucha armada".Esta negociación incluyó dos conversaciones telefónicas entre Zabaleta y Roldán en las que, según el primero, el entonces director de la Guardia Civil le planteó la posibilidad de realizar una reunión entre HB y el Estado, representado por el propio Roldán, si previamente los diputados de HB se abstenían en una votación para la elección del presidente navarro, lo que permitiría a Urralburu conseguir la presidencia. Zabaleta, según explicó ayer, rechazó el trato.

Serafín Gómez, según su propia declaración ante la comisión parlamentaria, se negó a dar a Roldán la identidad de los dos infiltrados que el instituto armado tiene en la banda terrorista, a uno de los cuales se refirió con el sobrenombre de Francés. Este hecho, siempre según su versión, fue la causa de todos los problemas que ha tenido posteriormente, incluidos un expediente gubernativo y otro disciplinario.

Aunque los miembros de la comisión Roldán están curados de espanto en lo que a acusaciones contra el ex director general se refiere, el testimonio del comandante les dejó atónitos. Nunca hasta entonces se había formulado un cúmulo de irregularidades e imputaciones tan graves, referidas incluso a la lucha antiterrorista, y mucho menos de un mando de la Guardia Civil.

La mayoría de los parlamentarios coincidieron en que las declaraciones del comandante Gómez exceden con mucho la investigación parlamentaria y deben ser puestas en conocimiento del fiscal. Su testimonio fue valorado de manera distinta por los diputados. Algunos interpretaban que actuó "movido por el resentimiento" y otros destacaron su brillante hoja de servicios, que incluye nueve condecoraciones y tres años en la Casa Real. "Como en el jabugo, en sus palabras se entrevera el tocino con el jamón", concluía expresivamente un comisionado.

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El comandante entregó a la comisión un informe elevado a la Dirección General de la Guardia Civil en abril de 1986, cuando Roldán era delegado del Gobierno en Navarra, en el que denunciaba las "múltiples dificultades e irregularidades" que rodearon la desarticulación del comando Nafarroa, de la que fue principal artífice como jefe del grupo IV de la Unidad de Servicios Especiales. En el escrito denunciaba "el riesgo que han corrido los hombres de mi unidad, así como el propio resultado exitoso de la operación", por los supuestos manejos de los responsables de la comandancia y del servicio de información del cuerpo.

El informe relataba la ocultación de armamento incautado y el retraso deliberado del interrogatorio a un detenido. Concluía asegurando que, como miembro del instituto armado "no puede sino avergonzarse cuando un colaborador potencial le plantea que el dinero se lo den antes, pues la Guardia Civil no cumple sus promesas, una vez obtenido el éxito".

El comandante entregó también una copia de la denuncia presentada ante el Tribunal Militar Central por el presunto desvío de dos millones de pesetas destinados al confidente que facilitó la liberación del industrial Saturnino Orbegozo, secuestrado por ETA. El confidente, según Gómez, nunca cobró.

Serafín Gómez aseguró en el Congreso que es imposible que no se conociera el patrimonio inmobiliario de Roldán, pues todas sus viviendas estaban custodiadas por guardias civiles.

Igualmente, acusó al ex director de haberse confabulado con el juez Baltasar Garzón para desmantelar la Ucifa, unidad antidroga de la Guardia Civil, como operación de imagen y para que no se supiera que el primero ordenó parar una investigación sobre tres amigos supuestamente vinculados al narcotráfico.

Gómez, destinado en el servicio fiscal cuando se produjo el desmantelamiento de la Ucifa y cuñado de uno de los principales implicados, el comandante José Ramón Pindado, aseguró que Roldán ofreció a Garzón mandar la Guardia Civil cuando él obtuviera la cartera de Interior.

Por otra parte, el Colegio de Abogados de Madrid concedió ayer la venia al letrado Luis María Gerez para la defensa de Roldán, después de que la esposa del prófugo presentara un poder "amplísimo" para que el abogado represente legalmente a su marido. El poder está firmado el 22 de abril pasado, una semana antes de que Roldán incumpliera la citación judicial para acudir a declarar.

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