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Manglano dice que el Gobierno no pidió ayuda al Cesid hasta después de la fuga de Roldán

'Su afición a ir de copas". Ésa fue la única singularidad que el jefe de los espías españoles, el teniente general Emilio Alonso Manglano, conoció de Luis Roldán durante los siete años de éste al frente de la Guardia Civil. Naturalmente, se trataba de un "chisme" al que el responsable del Cesid no dio mayor importancia, según dijo ayer a la comisión Roldán. Manglano prefirió quedar como un hombre poco informado de cuanto sucede en los desagües del Estado antes que facilitar cualquier dato que pudiera ser usado para poner en aprietos al Gobierno y, en particular, al vicepresidente, Narcís Serra, quien ha sido hasta ahora su mayor valedor. Manglano se escudó en que no es de su competencia investigar a altos cargos y en que la primera vez que el Gobierno le pidió al Cesid que investigase el caso fue cuando Luis Roldán ya se había fugado.

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Durante las cuatro horas que duró su interrogatorio a puerta cerrada, Manglano fue un frontón contra el que se estrellaron todas las preguntas de los parlamentarios que investigan la gestión de Roldán. " Ha repetido hasta la saciedad que no pasé por su mano ninguna información ni verbal ni escrita sobre las actividades del ex director general de la Guardia Civil", explicó el diputado de Izquierda Unida Antonio Romero.

Manglano alegó que no entra en las competencias del servicio secreto investigar a los altos cargos y en que la primera vez que el Gobierno se dirigió al Cesid (Centro Superior de Investigación para la Defensa) y le pidió que tomase cartas en el asunto fue el pasado 29 de abril, cuando el ministro de Defensa, Julián García Vargas, le mandó colaborar con Interior en la búsqueda del ex director general, quien ya se había dado a la fuga.

El teniente general Manglano no tuvo ningún indicio de ninguna irregularidad en ningún momento", resumió su comparecencia la diputada de ERC Pilar Rahola. El portavoz socialista en la comisión, Álvaro Cuesta, se apresuró a concluir que el testimonio de Manglano demuestra la falta de justificación del empeño de algunos grupos parlamentarios en convocar a Narcís Serra. Según dijo, el director del Cesid no despacha con el vicepresidente del Gobierno y tampoco le alertó sobre las fechorías del jefe de la Guardia Civil."Crack' absoluto"Para el representante del Partido Popular Luis Ramallo, por contra, el testimonio del responsable del espionaje español "confirma la negligencia del Gobierno" respecto a la gestión de Roldán. Rahola dejó abierta una disyuntiva, poco favorable al Ejecutivo: "O estamos ante un crack absoluto de los servicios de información del Estado o ante una cierta protección del señor Manglano hacia el vicepresidente".

Para Romero, "no es de recibo que no se encendieran las luces de alarma"; sobre todo teniendo en cuenta que casi 400 de los 2.000 agentes del Cesid son, a la vez, guardias civiles.

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Manglano informó a la comisión que ha remitido instrucciones y fotografías de Roldán a miembros del Cesid en 32 países para que colaboren en su localización, y aventuró que el prófugo puede estar utilizando al menos dos identidades falsas para escapar a sus perseguidores.

Aunque aseguró que tenía poca relación personal con Roldán y que sólo se reunían un par de veces al año, agregó que el ex director de la Guardia Civil tiene "verdadero pánico a ir a prisión".

Manglano salió en defensa de los seis guardias civiles, denominados pata negra, con los que Roldán formó un servicio de información paralelo, formalmente adscrito a su oficina de prensa. Aseguró que dichos agentes, que pertenecieron al Cesid hasta 1989, eran los mejores en su especialidad e integraban un equipo "muy operativo" que "ha prestado grandes servicios al Estado", aunque dijo desconocer qué trabajos realizaron para Roldán. [La nueva secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, declaró anoche a Tele 5 que los pata negra "ya pertenecen al pasado" porque a partir de ahora "se inicia una nueva etapa en Interior"]. A quien no espía

Buena parte de la comparecencia se dedicó a una exposición pretendidamente pedagógica sobre los objetivos y funcionamiento del servicio secreto. A este respecto, Manglano aclaró que, al contrario que en Interior, el Cesid guarda justificantes de todos sus gastos, incluidos los 1.400 millones anuales de fondos reservados. "Todo está registrado y nunca se destruye", revelé Romero. Manglano tuvo especial interés en aclarar a los diputados que sus agentes no vigilan "ni a periodistas, ni a cargos públicos, ni a partidos democráticos" y, en particular, que no espían a los miembros de la comisión Roldán.

En cambio, Manglano sí fue seguido por una nube de periodistas y fotógrafos, que sólo le arrancaron una frase -"la imagen del Cesid siempre es buena"- cuando se le preguntó por las consecuencias del caso Roldán para el buen nombre de su servicio.

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