Mil paseíllos para la gloria
Joselito Calderón, que tiene hoy su 981 actuación en Madrid, se retira esta temporada
A Joselito Calderón se le hace un nudo en la garganta cada vez que hace el paseíllo en Las Ventas. Porque avanza hacia una tarde de gloria en la que cumplirá su milésima corrida en Madrid: "Sí, este año todo me resulta muy emotivo... Después, me retiraré". La de hoy es su 981ª actuación en la plaza madrileña. Calderón, de 55 años, va esta tarde en la cuadrilla de Frascuelo, ayer fue con la de Luguillano, el martes irá con la de Jesús Romero... hasta completar diez actuaciones en San Isidro. Los matadores que no tienen subalternos fijos le suelen elegir a él. Su experiencia es toda una garantía en el ruedo.Los espadas se sienten más tranquilos si tienen al lado a Calderón. Ha sentado cátedra en los quites. Explica cómo logra encelar al toro en el vuelo del capote para alejarlo del compañero en apuros: "Tengo la ventaja de que son 16 años pisando el ruedo de Las Ventas, que me conozco palmo a palmo, así como las querencias de los toros. En un quite lo normal es sacarlos hacia fuera, pero yo lo hago al revés, llevándome el toro hacia dentro, al hilo de las tablas, porque hacia allí se dejan llevar mejor, a cambio de apretarte más".
Es su última temporada. Calcula que en julio cumplirá su corrida número mil en Las Ventas, que totalizan unas 1.700 en toda España. Pero él lo que contabiliza son exclusivamente las salidas en Madrid por una cuestión de calidad: "El toro que sale en otras plazas no tiene nada que ver con el de aquí, que es el toro-toro. Mil corridas en Madrid equivalen al doble fuera, porque, además, no te puedes aliviar. El público no lo consentiríall.
Desde hace años ya sólo torea en Madrid. Por las mañanas trabaja como administrativo en la plaza y cuando los matadores solicitan sus servicios, hace jornada intensiva. A mediodía come ligero en un restaurante próximo, da unas vueltas por la plaza y se echa un rato hasta la hora de la corrida en la habitación que utiliza para vestirse, junto a la entrada del tendido bajo del 2.
Cuando acaba la corrida no piensa que ya queda una menos. Dice que de ninguna manera alcanzar las mil actuaciones es una cuenta atrás: "El momento será emocionante, pero la retirada, amarga, por lo que es mejor no pensar. Sólo me preocupo de que cada tarde sea buena, y si no, que sea mejor la próxima".
En esta feria se le puede ver más delgado que nunca. "Hay que cuidarse para tener una retirada digna", advierte. "Las, cosas hay que seguirlas haciendo bien y estando en forma se superan mejor los malos momentos. El peor es cuando te ves reflejado en el ojo del toro. La imagen sólo se produce con luz artificial, que afecta además al- comportamiento del toro, y es terrible, de verdad".
Babelia
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