Fernando Cámara sustituye hoy a El Soro

La buena actuación que tuvo Fernando Cámara en Madrid el pasado día 8, cuando dio dos clamorosas vueltas al ruedo a la muerte de su primer enemigo, le ha servido para ganarse la primera sustitución de la feria. Cámara ocupa hoy el lugar de Vicente Ruiz El Soro, todavía no recuperado totalmente de la operación que sufrió en el tobillo derecho hace tres semanas.Aunque el valenciano tenía mucho interés en actuar, tanto el médico que le operó, Pedro Guillén, como su apoderado, Manuel Lozano, le han prohibido que lo haga, Lozano decía ayer al respecto que su torero "es el mejor con la banderillas, un auténtico espectáculo para el que necesita estar al cien por cien físicamente". Su sustituto cortó ayer tres orejas en Baeza (Jaén) y salió por la puerta grande.

No es el único cambio en el festejo de hoy, ya que los veterinarios rechazaron, por defecto de astas, en el reconocimiento de ayer, a cuatro de los toros que había traído el ganadero Fermín Bohórquez. Éste intentará traer a otros cuatro toros para el reconocímiento de esta mañana.

La tema de hoy la encabeza el veterano Carlos Escolar Frascuelo, uno de los toreros favoritos de la afición madrileña, que dispone esta tarde de su única oportunidad en la feria y buscará el triunfo con su estilo "antiguo, y que ya no se lleva mucho, pero del que estoy muy orgulloso", según dice. Frascuelo, de 45 años, repite actuación por tercera vez este año en Madrid, donde sufrió en abril una fuerte cornada.

El torero afirma que por desgracia para la fiesta hoy existe mucha mayor semejanza entre sus compañeros, incluso entre las figuras: "De ahí el alboroto que causo cuando me salen las cosas bien y doy distancia a un toro, me cruzo, lo engancho de lejos con la muleta, templo, ligó el pase y me quedo colocado para el siguiente". Añade que no siempre el toro o su inspiración le permiten llegar a esa forma casi perfecta de actuar, pero que lo intenta en todas ocasiones y sin traicionarse: "No sé torear de otra manera".

Frascuelo agradece el apoyo de los aficionados venteños, a los que considera los más entendidos del mundo, y procura deleitarles y corresponderles con su peculiar estilo: "Este mi concepto de la lidia desapareció cuando se retiraron los que estimo mis maestros, Gregorio Sánchez, Luis Segura, César Girón y, sobre todo, Antoñete".

Después explica que las dificultades para actuar así son enormes, "y mucho mayores con el tipo de toro que nos suelen echar a los que aún no somos figuras". Aunque Frascuelo considera injustas las estructuras de la fiesta no se queja de ello, "pues siempre fueron así", y concluye pronosticando que todavía le queda mucho tiempo por delante para lograr su sueño de ser una gran figura: "La edad no importa si eres joven en ilusiones".