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Reportaje:

El cercano Oeste

El Oeste ha movido mundos. Ningún otro punto cardinal ha excitado tanto el instinto de crecer y multiplicarse., También Madrid se ha derramado hacia Occidente. En la Edad Media, las tierras segovianas lindaban con las de Toledo y abarcaban diversos pueblos en tomo a la fortaleza del Alamín. Entre ellos, el Roburetum de los romanos, que fue de los moros y luego reconquistado por Alfonso VI, que después fue segoviano y finalmente es madrileño: Robledo de Chavela.De los tiempos en que Robledo daba albergue a la realeza en la Casa de las Cadenas poca cosa queda: una iglesia del XV con retablo de Antonio del Rincón -el pintor de los Reyes Católicos-, pila bautismal gallonada del mismo siglo y talla atribuida a Berruguete. Y para de contar. Los robledanos han estado demasiado pendientes del futuro, de sus chalés y su estación de seguimiento espacial, como para preocuparse de cuatro piedras viejas.

Por eso mismo, porque el patrimonio artístico de la población no es como para tirar cohetes de alegría, se impone dejar aparcado el coche en cualquiera de sus calles y echarse a andar en demanda de la Almenara. Este picacho sí que tiene arte, el de su airosa figura elevándose 1.262 metros en la punta más meridional de la sierra de Guadarrama.

Hacia el sur

El caminante debe salir del pueblo hacia el sur, por la carretera que conduce a Navas del Rey, y tomar la avenida de Nuestra Señora de Navahonda hasta su final, continuando a partir de ahí por camino señalizado con trazos horizontales blancos y rojos pintados sobre postes, cercas y peñascos. Por este sendero, que no es otro que el GR-10, se llega en una hora a un colladillo desde el que cabe trepar hasta la cumbre de la Almenara. -vistazo panorámico de rigor-, para luego regresar al, mismo y descender hasta la ermita de Nuestra Señora de Navahonda. Junto al camino, a mano derecha, se levanta el Humilladero, una mínima construcción de piedra. La ermita es un lugar ad hoc para una merendola campestre.

Además de praderitas y una fuente de aguas fresquísimas, hay una santera que es un inagotable manantial de historias del lugar. Más allá, las aparatosas antenas de la estación de la NASA-INSA nos recuerdan que, a miles de kilómetros por encima del edificio barroco, los humanos siguen buscando en el cielo la gran verdad.

Al oeste (más aún) de Robledo se encuentra Valdemaqueda. La iglesia de San Lorenzo Mártir, con cabecera gótica, y el puente romano sobre el río Cofio -ambos muy reconstruidos- son sus discretísimos tesoros.

Fresnedillas es otro pueblo sin estrés. La iglesia de San Bartolomé y muchas casas han abusado del granito, ofreciendo una apariencia de frialdad que los jarandos se encargan de contradecir el 20 de enero, cuando la fiesta de la vaquilla los sume en el delirio.

Camino de Madrid, entre fortines del 36, el paisaje se torna agreste, casi serrano. Curro Jiménez, el de la tele, anduvo por estos pagos. Otro personaje legendario, Antoñete, posee finca en Navalagamella, donde, además de tradición de reses bravas, se conserva una iglesia que alguna vez fue gótica. La guerra no la perdonó.

Vaquillas y parabólicas

Dónde. Robledo se halla a 63 kilómetros de la capital y tiene acceso por la carretera de La Coruña, con desvío hacia El Escorial a la altura de Las Rozas (M-505) y nuevo desvío por la M-512 en el. puerto de La Cruz Verde. Hay autobuses que salen de la Estación Sur (teléfono 468 42 00) y trenes de cercanías (Renfe, teléfono 5300202).

Cuándo. Cualquier época es buena. Pero si hubiera que elegir un solo día del año, ése sería el 20 de enero, cuando en Fresnedillas se celebra la fiesta de la vaquilla en honor de San Sebastián. Esta festividad de los jarandos es un prodigio de tradiciones inalteradas.

Quién. Gente amabilísima la de estos ayuntamientos, que informa al forastero con conocimiento y sonrisa perenne. En Robledo de Chavela, teléfono 899 59 61. En Valdemaqueda, teléfono 898 47 29. En Fresnedillas, teléfono 898 90 09. Y en Navalagamella, teléfono 898 80 08.

Cuánto. No cuesta demasiado tapear en bares como el Sevilla, el Mojete o el Plaza, ni comer en los numerosos restaurantes con terraza de Robledo. Buena opción es el Almenara (teléfono 89984 16).

Y qué más. Una visita recomendabilísima, como aperitivo o como postre de esta ruta, es la estación de seguimiento espacial. Sólo se admiten las visitas de grupos, de miércoles a viernes y bajo petición. Para integrarse en uno de los grupos, hablar con la señorita Margot (teléfono 586 91 00).

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