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Comunidades de religiosos en Argelia discuten con sus embajadas cómo afrontar la violencia integrista

Los responsables de las comunidades religiosas españolas en Argelia se reunieron ayer por la tarde en un "cónclave urgente" en la residencia de la Embajada de España, para reflexionar junto con la delegación diplomática sobre su situación y cómo hacer frente a la violencia integrista. También en otras delegaciones extranjeras en Argelia se han celebrado reuniones similares en las últimas horas, la más importante en la Embajada de Francia. Todos estos contactos culminarán en las próximas horas cuando el arzobispo de Argelia, Henri Teissier, después de un regreso precipitado de Roma, donde se encontraba participando en un Sínodo Africano, tome contacto con su diócesis.

La reunión en la Embajada de España fue convocada con toda celeridad por el embajador, Javier Conde, tras conocerse el domingo por la tarde el asesinato de los religiosos franceses Henri Vergés y Paule Hélène Saint Raymond en la alcazaba baja de la capital. A la cita acudieron representantes de nueves congregaciones femeninas, todas ellas capitaneadas por el padre Francisco Miguel María Larburu, un vasco de 47 años de edad, con más de dos, décadas en el Sáhara y con vertido en responsable de los Padres Blancos en la zona.

Medio centenar de religiosos

En conjunto representan un censo de cerca de medio centenar de religiosos entre los que se encuentran 48 mujeres y dos varones, quienes desde hace años viven en comunidad con la sociedad musulmana, desempeñando tareas benéficas y asistenciales en los más diversos centros y puntos del país. Algunas, trabajan en hospitales como enfermeras, otras en la enseñanza, en guarderías o cuidando ancianos.Desde hace meses la Embajada española en Argelia se encuentra profundamente preocupada por la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran inmersos estos miembros de su colonia, ya que la mayoría de ellos viven en barrios conflictivos y humildes, controlados por el movimiento integrista y sometidos a numerosas presiones. Como consecuencia de estas inquietudes, el embajador Conde logré hace algún tiempo reagrupar a algunas de las religiosas en residencias más seguras, pero fracasé en su intento de hacerles abandonar ciertos puestos de trabajo, o incluso dejar temporalmente Argelia.

El embajador de España en Argelia, horas antes de celebrar esta reunión, reflexionaba con el Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid sobre la necesidad de hacer un llamamiento específico a la comunidad religiosa, recomendando que abandonaran el país todos aquellos cuya presencia no fuera necesaria. Se trataba de reiterar a este colectivo español el mismo mensaje que meses atrás se dirigió en general a las familias y a los empresarios españoles y que fue el preludio de un éxodo silencioso y discreto, que ha dejado diezmada la colonia. "Sé que no se moverán de Argelia y que muchas de ellas se confesarán prestas al sacrificio" repetía ayer Bernardino León, consul general de España en Argelia, responsable directo de la seguridad de la colonia, quien mantiene periódicas reuniones con los miembros de estas comunidades religiosas.

El Frente Islámico de Salvación (FIS) condenó ayer con el asesinato de los dos religiosos franceses porque "va en contra de los textos y disposiciones de la ley islámica". En un comunicado firmado por Rabah Kebir, portavoz oficial del FIS en el exterior, la organización integrista responsabiliza del asesinato al mismo "grupo que interrumpió el proceso electoral (de enero de y pide la formación de bandas armadas para golpear y aterrorizar al pueblo argelino en una referencia a la corriente anti-islamista.

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