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Un innovador

Juan Arias

Juan Pablo II, considerado el Papa de todos los récords -el primero polaco, el que más ha viajado, el más deportista, el primero herido con bala, el primero que ha sido actor, el primero que ha concedido entrevistas y también el primero que ingresó en un hospital-, ha sido también el que más ha desacralizado la antigua figura, casi divina, de un pontífice de la Iglesia católica.Cuando llegó al papado, el entonces joven cardenal polaco Karol Wojtyla, arzobispo de Cracovia, confesó a un amigo suyo que iba a hacer todo lo posible para que la Iglesia "fuera noticia en el mundo", por lo menos cada 15 días. Y en parte lo ha conseguido. Y no tanto por lo que ha hecho o dicho, sino por él mismo, al haber sabido convertir su imagen en su mensaje.

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Pero eso mismo ha producido un efecto que es dificil saber si deseaba o no Juan Pablo II: desacralizar la figura del papado. Basten dos detalles: ha sido el primer papa que ha acudido como un enfermo más, aunque de lujo, a un hospital, y el primero que se hizo construir una piscina en la finca pontificia de Castelgandolfo.

Con anterioridad, ningún otro papa había ingresado en una clínica fuera del Vaticano. Incluso para Pablo VI, cuando enfermó de próstata, se preparó una sala operatoria en el Vaticano. Juan Pablo II es ya de casa en el policlínico Gemelli, de Roma, donde está internado por sexta vez. Y los otros enfermos se han acostumbrado a verlo como a uno más, mientras antes a un papa era impensable verle ni los calcetines.

Y en lo referente a la piscina, el papa Wojtyla no sólo la usa, sino que invita a viejos amigos suyos polacos a bañarse con él. Recuerdo a propósito que una mañana de verano llegaban de Castelgandolfo unas jóvenes polacas, hijas de una familia amiga del que fuera arzobispo de Cracovia antes que papa. Venían con la cara quemada por el sol y felices porque habían estado con el papa Wojtyla en la piscina. Las monjitas en cuya residencia se hospedaban comentaron a este periodista: "Las vio nacer y las bautizó siendo arzobispo. Son como unas sobrinitas suyas".

Cuando yo vi a Juan Pablo II menos papa fue durante un vuelo en su viaje a Japón. El avión no tenía un reservado especial. Lo colocaron en primera fila con todos los periodistas y le sirvieron la comida en una bandeja de plástico como a los demás. Se lo comió todo.

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