Destrozos masivos en los autobuses que cubren la 'ruta de las copas' los fines de semana en Alcorcón

Los autobuses de la empresa De Blas y Cía. de Alcorcón (140.000 habitantes) se despiertan los domingos, desde hace dos meses, bajo los efectos de la resaca de la flebre del sábado noche. Las líneas 511, 512 y 5 13 (Alcorcón-Madrid) y la 520 (Alcorcón-Móstoles) recorren en su itinerario la denominada ruta de Costa Polvoranca -la mayor concentración de bares, discotecas y locales, de ocio de toda la región-. Al día siguiente de recorrer esta especie de ruta del bakalao madrileña, los vehículos amanecen hechos una pena: lunas rotas, pintadas, caca en los pasillos...

El polígono de copas de Urtinsa, con 52 garitos, a un extremo de la avenida de Polvoranca, y la discoteca Sky, en el otro, albergan cada fin de semana a más de 15.000 jóvenes.Los sábados son los días más críticos. "No lo entiendo por la tarde vienen como corderitos cada uno a, su rollo, pero sin armar bronca luego, no sé lo que tomarán, pero se desbocan". Franco Madaleno, inspector, de los autobuses De Blas no encuentra una explicacion lógica. A sus 60 años, los 18 últimos en la empresa, nunca había visto nada igual. El pasado sábado, seis asientos de la línea 513 volaron por las ventanillas a la altura de Cuatro Vientos. En los autobuses que fueron a Móstoles, saltaron hechos añicos los fluorescentes, agujerearon el techo y arrancaron dos asientos. "Es increíble. Rompen todo y se hacen sus necesidades dentro del autobús", dice Joaquín Viana, jefe de Tráfico de Las Blasas, mientras observa una de las grietas, abierta de una patada en el techo del vehículo.

La lista de destrozos

De los 50 autobuses que circulan un fin de semana en Alcorcón, 32 han pasado por el taller en el último mes y medio. Casi el 65% de los vehículos que salen sufren actos vandálicos. Manuel Rojas, encargado de las reparaciones, tiene hecha la lista de destrozos: 104 almohadillas de los asientos cambiadas, 33 fluorescentes y 4 lunas rotas y 26 asientos de plástico arrancados. Lorenzo García, miembro de la compañía, calcula los daños en un millón de pesetas. "Todavía no ha pasado ninguna desgracia, pero puede suceder en cualquier momento. Hay chicos que se cuelgan en la parte trasera del autobús, con los pies encima de los parachoques", advierte.

Hace tres fines de semana la tragedia anduvo cerca. A un conductor de la línea 520 le pincharon en una mano."Te ponen en un estado de nervios... Hay sábados que me levanto de la cama con pesadillas", apuntaba Miguel Arredondo a las once de la noche del pasado sábado, una vez acabado su servicio en la línea 520.

La inseguridad reinante en las blasas ha motivado la con vocatoría de paros parciales los próximos días 21, 22, 28 y 29 de mayo . Las denuncias se acumulan en la comisaría de Alcorcón a una media de tres por fin de semana. La compañía ha reforzado. los turnos con dos auto buses seguidos cada 20 minutos, pero todo sigue igual.

El director de la Policía Municipal, Rafael Moro, ha pro puesto a la compañía qué coloque equipos de radio en los autobuses para estar conectados con los agentes. "Es imposible meter a un policía en un autobús", dice Moro. Un conductor le responde: "Daría igual, seguro que«le dan una paliza".

Vienen de todos los sitios: de El Pardo, de Vicálvaro, de los pueblos de la zona. Es una romería. Se pone así", dice, abriendo y cerrando sus manos y juntando la punta de sus de dos, el inspector de Tráfico. Desde el Ayuntamiento, Enrique Cascallana, concejal de Urbanismo, asegura que no sería conveniente dar más licencias para locales de diversión en el polígono de Urtinsa; incluso se plantea reducir las que hay.