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Los ex comunistas, favoritos en las elecciones de mañana en Hungría

Con un toque de drama y los habituales actos de reafirmación partidista concluyó ayer en Hungría la campaña electoral para dejar que los ciudadanos se piensen hasta mañana, día de la votación en primera vuelta, a quién conceden sus favores. Según todos los sondeos, esos favores irán mayoritariamente al Partido Socialista húngaro, heredero de los antiguos comunistas, cuyo líder, Gyula Horn, puso la emoción en la recta final de la campaña al sufrir un accidente automovilístico, sin graves consecuencias.

Las de mañana son las segundas elecciones que celebran los húngaros tras la caída del comunismo. De esta primera vuelta se espera poco más que los 15 partidos en liza muestren su respectiva fortaleza. Los primeros resultados se conocerán en la madrugada del lunes.Horn, de 61 años, a quien los pronósticos consideran el hombre que regirá en persona o por delegación los destinos de Hungría a partir del 29 de mayo, fecha de la ronda electoral definitiva, regresaba el viernes por la noche de un mitin en MiskoIc, segunda ciudad del país, cuando su coche chocó contra un camión con las luces apagadas. Al líder socialista, que sufrió conmoción cerebral y se fracturó una vértebra y una muñeca, le han retirado los médicos de los avatares públicos de la segunda fase de la campaña.

Antes de que a los ciudadanos se les hicieran los dedos huéspedes -sobre todo a la vista de las enérgicas descalificaciones sufridas por Horn en los últimos días por parte de sus antagonistas políticos de la derecha-, el Gobierno anunció una investigación para esclarecer el accidente.

Los últimos sondeos de intención de voto publicados atribuyen al Partido Socialista Húngaro (MSZP) entre el 31% y el 38% de los sufragios. Esta formación, que la derecha gobernante llama de la "burguesía roja", agrupa a la mayoría de los comunistas reformadores que desmantelaron el Estado de partido único y propiciaron en 1990 las primeras elecciones reales en 40 años.

Los segundos clasificados son los liberales, cuya Alianza de Demócratas Libres obtendría el 16% y sería candidata eventual a una coalición con los socialistas. En tercera posición está el gobernante Foro Democrático, que se desplomaría hasta un 11%. Casi un 30% de indecisos abren, sin embargo, la puerta a cualquier sorpresa el 29 de mayo.

Más de siete millones y medio de votantes atribuirán 386 escaños parlamentarios mediante un sistema casi impenetrable: 176 escaños son para candidatos individuales, 152 para listas provinciales de partidos y los 58 restantes para listas nacionales. No hay una correlación clara entre porcentaje de votos y asientos en el Parlamento en un sistema pensado para favorecer a los más votados.

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El foro, en declive

El Foro Democrático (MDF), principal partido de la coalición nacionalista de derechas "que gobierna Hungría desde hace cuatro años, eligió para su final de fiesta el estadio del club de fútbol Ferencvaros, en Budapest. La desapacible climatología no arredró a los seguidores del primer ministro Peter Boross, a quien, sin embargo, y según las tres últimas encuestas electorales, sus conciudadanos van a pasar la factura por la situación económica.Desde 1990 el nivel de vida en Hungría ha caído al compás de su producción, casi un 20%, pese a una floreciente economía sumergida. La popularidad socialista, en línea con lo sucedido recientemente en Polonia o Lituania, tiene que ver con el creciente desencanto Popular por el aumento de los precios -la inflación superará el 20% este año- la mala calidad de los servicios y, sobre todo, el imparable foso, desconocido en el régimen anterior, entre ricos y pobres.

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