Separada de su familia por una oposición invalidada
A los tres años de superar las pruebas, una profesora todavía está sin plaza
Elisa está harta de no poder disponer de sus enseres domésticos. La mayoría los tiene empaquetados y viajan con ella cada vez que se desplaza. Desde 1991 no para. Cuando se acerca el verano sólo deja a mano lo más imprescindible. El resto permanece envuelto en cajas a la espera de un hogar definitivo.-A mi edad (33 años) ya me gustaría tener un sitio fijo, deshacer las maletas y los paquetes, llenar los armarios y montar un ordenador. En todos estos años no hemos podido comprarlo, aunque nos hace falta, por no tener que desmontarlo cada dos por tres.
Manchega de origen, como su marido, se ha pasado los últimos años deambulando de una provincia a otra, de una escuela a otra, para cubrir suplencias de los profesores titulares de la materia que profesa, el francés.
-Desde que la niña tenía cinco meses he estado siempre así. Nueve días en una escuela de Santa Cruz de Tenerife, dos meses en otra, una temporada en La Laguna, en Taco, en Vigo... En parte no hemos tenido más hijo por eso. ¿Al cuidado de quién lo íbamos a dejar?
Elisa, la niña y su marido vivían plácidamente en la isla de La Palma hace cuatro años.
-Es una isla que tiene todo los climas. Teníamos un ambiente excelente, amigos, nos encontrábamos muy a gusto.
En 1991 a Elisa se le ocurrió acudir a una convocatoria para cubrir plazas de profesores de enseÑanza secundaria en los territorios gestionados por el Ministerio de Educación y Ciencia y las autonomías de Andalucía Comunidad Valenciana y Galicia. Su situación hasta entonces era cómoda. Su esposo, además de ocupar una plaza consolidada de profesor de Griego y Latín en la isla de La Palma, complementaba su salario con 65.000 pesetas mensuales en pago a su colaboración con la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), pero sentía la necesidad de poner fin a su trabajo de interina.
Dos comunidades
Elisa se presentó a las oposiciones en dos comunidades diferentes -"por aquello de cuantas más oportunidades, mejor"-, y obtuvo plaza en Orense, de prácticas, como paso preceptivo para acceder al Cuerpo de Funcionarios Profesores de Enseñanza Secundaria. Ese paso supuso la ruptura con la familia y su alejamiento. Más de tres mil kilómetros se pusieron por medio entre el padre, Elisa y la niña de tres años. Nadie asumió el hecho. "Sopesamos los pros y los contras", él abandonó su privilegiada situación y en cuanto le fue permitido solicitó traslado a Galicia, aunque perdiera dinero. Pidió Orense, donde se encontraba su mujer, pero obtuvo Vigo.Cuando ya estaba reagrupada geográficamente la familia en 1992, a Elisa le comunican que su oposición no es válida, que no ha salido de interina, vamos. Varios colectivos de opositores libres a la enseñanza pública de Andalucía, Comunidad Valenciana y Galicia habían obtenido el respaldo de los respectivos tribunales superiores de justicia autonómicos ante los que habían recurrido alegando que las oposiciones habían sido injustas, al primar los baremos de los opositores interinos sobre los libres. La convocatoria de 1991 quedaba anulada y la plaza obtenida por Elisa también. Estaba en la calle.
"Quien no se consuela es porque no quiere", dice Elisa. "A un compañero le va peor, a pesar de haber renunciado a una de las dos plazas que obtuvo en las oposiciones de 1991. En las del territorio del MEC sacó notable alto, y en la de la Comunidad Valenciana, un 5. Escogió la de Valencia, donde estaban su mujer y su hijo. Pero escogió mal. Si hubiera optado por la plaza del MEC, hoy sería funcionario de carrera; se quedó con la de Valencia que luego anularon. Y yo me pregunto: ¿se tiene capacidad para ser funcionario en Madrid y no se tiene para serlo en Valencia? Puedo deducir que España se parece, al menos en este asunto, a una federación de reinos de taifas, donde cada comunidad va por libre en lo que tiene, incluso, repercusión estatal".
Los sindicatos recurrieron las sentencias que habían anulado las oposiciones de 1991. El Supremo las revocó en abril de 1993 en el caso de Valencia y Andalucía, pero aún no hay resolución sobre Galicia. Mientras tanto, Elisa Ruiz continúa en Vigo de interina, al igual que otros compañeros de oposición.
Los lectores que deseen exponer sus casos pueden enviarlos, documentados, en carta dirigida a El laberinto. Sección de España. EL PAÍS. Miguel Yuste, 40. 28037 Madrid.
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