Técnicos de la Comunidad miden palmo a palmo la extensión de cada municipio
Madrid ha engordado 1.000 hectáreas (10 kilómetros cuadrados) entre 1972 y 1992, y sin quitar un solo metro a ninguna provincia limítrofe. Todo se debe a los modernos sistemas de medición que utilizan los técnicos regionales. La región ya mide 802.792 hectáreas, pero esta cifra no es definitiva. En el año 2000 acabará el actual plan de deslindes municipales de la Comunidad de Madrid.Un equipo de 12 topógrafos y 20 operarios mide palmo a palmo la extensión de cada municipio. Este plan consume cada año tres millones de pesetas para construir los mojones de granito, y otros cuatro millones para subvencionar a los ayuntamientos la colocación de estas piedras.
"Madrid es la primera comunidad autónoma que ha hecho una nueva señalización de todos los mojones", dice Gerardo Vázquez, secretario del consejo superior geográfico del Instituto Nacional Geográfico. Un mojón de piedra con el escudo de la Comunidad, al estilo de una espontánea pintada revolucionaria, se encarga de separar las lindes de cada municipio.
Los operarios de la Comunidad ya han decorado el paisaje madrileño con unos 3.600 mojones. "Son de granito para que no resulten fáciles de manejar y evitar así que la gente pueda coger alguno y tirarlo por ahí", explica José María García, jefe del servicio de administración local de la Comunidad.
¿Cómo se deslinda? Un equipo de dos topógrafos, armados con el acta antigua del deslinde original y los cuadernos de campo de la primitiva operación -generalmente, del final del siglo pasado-, calcula cómo discurre la línea entre mojón y mojón y estaquillan el lugar. Después, entra en acción una comisión formada por vecinos de los dos municipios que separará la autoritaria piedra. Se trata de gente que conoce bien la zona -guardas o viejos del lugar-.
Éstos deciden si el mojón se ha colocado bien o no. Muchas veces la separación no es amistosa. Si no hay acuerdo, cabe la posibilidad de dejar las cosas como estaban desde el siglo pasado, o bien abrir un expediente que debe resolver el Consejo de Estado.
Conflictos
Ejemplos de desavenencias son los municipios de San Lorenzo y El Escorial, que han mantenido un contencioso por un punto de la linde que los separa. En el término municipal de Canencia los lugareños tampoco se resignan a que la línea divisoria deje de estar donde ha estado siempre. "En ocasiones han tenido que ira colocar los mojones acompañados de la Guardia Civil", explica Rafael Herrero, jefe del servicio cartográfico de la Comunidad. Más llevadero ha sido el conflicto entre los Ayuntamientos de Aranjuez y Colmenar de Oreja, si bien una reciente sentencia del Supremo ha dejado claro el sitio exacto.Desde el año 1988 se ha deslindado la mitad de la Comunidad repartiendo mojones, y no siempre en Madrid. Hay un cachito de Guadalajara enclavado en Madrid (Los Barrancos), y un trocito de nuestra Comunidad no está dentro de los 746,5 kilómetros de frontera: Dehesa de la Cepeda, en Segovia.
Los expertos calculan que la otra mitad de la región se acabará de deslindar en el año 2000. De ahí que la superficie actual sea, por ahora, un dato temporal.
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