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Dos alumnos de Bellas Artes diseñan la bicicleta del futuro para Induráin

Antonio Jiménez Barca

David de Pablos y Javier Sanz, ambos de 22 años y estudiantes de Bellas Artes de la Universidad Complutense, no hicieron caso el curso pasado a su profesor de escultura y, en vez de esculpir una talla, diseñaron y crearon como ejercicio una bicicleta ultramoderna de madera. Siempre han preferido el diseño al cincel. Su nota en escultura no fue muy buena; pero ahora, su modelo, tras ser patentado, está en Barcelona convirtiéndose en una realidad de fibra de carbono.

Dentro de un mes y medio un ciclista especializado en las pruebas contrarreloj (ellos suspiran por Induráin) lo probará. Los resultados decidirán si se fabrica en serie.El modelo es una bicicleta monocasco, lo que quiere decir que la armadura es de una pieza. La novedad puede servir para ciclistas de cualquier altura, ya que el sillin es regulable. Es un modelo especializado para velocistas, con manillar de cabra, e incorpora complicados estudios aerodinámicos hechos por ordenador.

Aunque ahora el proyecto parece cosa de asesores de Pedro Delgado, la idea surgió en febrero de 1993, en una clase de escultura. Pero el modelo "no le gustó mucho [al profesor], la verdad", comenta David. "Él se esperaba algo parecido a una estatua, no algo con ruedas, pedales y todo eso: no nos puso una nota muy alta", añade Javier, quien aclara: "Además, para hacerlo, tuvimos que saltarnos bastantes clases".

Los dos estudiantes comprobaron, sin embargo, que a sus compañeros si que les gustaba la bicicleta, y se animaron a seguir adelante. Empezaron por cambiar las ruedas normales de radios que figuraban en el proyecto inicial y colocaron otras más modernas, lenticulares, que les prestó la revista Bicisport.

Después, se pusieron en contacto con el Vicerrectorado de Investigación de la Universidad Complutense, que les recomendó que patentaran el modelo. Hecho esto, firmaron un acuerdo económico con la universidad -al 50%- en el que ésta se comprometía a llevar a cabo los trámites necesarios para comercializarla.

Y después de un año, la bicicleta de madera, con un desembolso de cinco millones por parte de la Complutense, se está convirtiendo en una realidad tangible.

Los dos estudiantes esperan que el mismísimo Miguel Induráin la pruebe: "Ha habido algunos contactos con el equipo de Banesto, pero no nos han asegurado nada", dice David.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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