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Cuatro millones por amargar la vida a una empleada

María del Carmen Hurtado pasó de ser jefa de compras (con secretaria y plaza de garaje) a ocupar una silla en la recepción de Carburos Metálicos, SA. Fue cuando esta compañía absorbió la empresa donde ella trabajaba. Dos altos cargos de Carburos han sido condenados por amargarle la existencia a la empleada para que se fuese del trabajo. A raíz de las "humillaciones y vejaciones" a que fue sometida, Hurtado, de 46 años, sufrió una depresión durante nueve meses. El juez condena a Francisco Petrus Coll, director de personal, y a Rafael Moreno Martínez, jefe de personal de los centros de trabajo de Madrid, a indemnizar a Hurtado con cuatro millones de pesetas.PASA A LA PÁGINA 3

Las humillaciones llevaron a la trabajadora a una larga depresión

VIENE DE LA PÁGINA 1Además ambos directivos tendrán que pagar una multa de 25.000 pesetas por una falta de coacciones. Hurtado (licenciada en Derecho y profesora mercantil) era jefa de compras cuando Carburos Metálicos compró su empresa. Cuando se produjo la absorción, Hurtado estaba de baja laboral. Al cambiar la propiedad se reincorporó a la nueva empresa, y comenzó su calvario.

El juez declara probado que el 22 de abril de 1992 sus nuevos jefes, "con ánimo de forzarla a abandonar la empresa", le asignaron un puesto -sin ningún cometido- en la recepción del centro que Carburos Metálicos posee en la localidad de San Sebastián de los Reyes.

Su puesto de trabajo siempre había estado en Madrid. Además "de alejarla de la capital", la obligaron a estar en la recepción "durante ocho horas, mano sobre mano, a la vista de otros empleados", que fácilmente podían "apreciar hasta dónde había llegado alguien que hasta hacía poco tiempo era la jefa de compras".

En esta situación estuvo durante 12 días. El 4 de mayo la destinaron al centro de trabajo que Carburos tiene en la calle de Bolívar de Madrid. Estar en una sala de reuniones, sin hacer nada, fue su siguiente destino. Estuvo así durante nueve meses, hasta que, sumida en una depresión, causó baja laboral.

Demora inadmisible

El juez considera que los condenados fueron los auténticos artífices de las "vicisitudes" laborales de Hurtado, y que su depresión fue fruto "de las humillaciones y vejaciones" a que fue sometida, conclusión que se basa en los informes de los médicos forenses. "Se trata de una táctica perfectamente estudiada por los denunciados", subraya el juez. Los dos directivos sabían que, con anterioridad a la absorción empresarial, Hurtado había estado de baja por depresión durante 17 meses.

La empresa alegó, entre otras consideraciones, que Hurtado careció de competencias específicas durante todo ese tiempo porque estaban a la espera de acometer una reestructuración laboral. Una vez hecha, Hurtado sería reubicada definitivamente. "No es admisible", replica el magistrado en su. sentencia, "una demora de nueve meses" para "dotar de contenido" un puesto de trabajo. El juez sólo halla una explicación: la intención de "forzarla" para que "abandonase voluntariamente la empresa o bien "ablandar sus pretensiones económicas" con vistas a negociar su baja.

Fuentes de Carburos Metálicos indicaron que, aunque la empresa no comparte el contenido de la sentencia, la acata, y agregan que Hurtado sigue siendo parte de la plantilla de Carburos Metálicos. "Aunque todavía continúa de baja", señalaron. La trabajadora ya ha recibido la indemnización, y los dos directivos han abonado sus respectivas multas, según las mismas fuentes.

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