Gutiérrez sugiere al presidente del Gobierno que dimita y Méndez ofrece un pacto por el empleo
Ayer se vivió el Primero de Mayo más triste y lleno de desesperanza de los últimos años. El paro, la crisis industrial, las amenazas de despido, la reforma laboral y el incierto futuro planearon sobre todas las manifestaciones. En el acto central de Madrid, apenas se oyeron gritos y eslóganes. Los trabajadores pedían en sus pancartas nada más -o nada menos- que empleo y solidaridad. Y sus líderes, el cambio de una política económica que "ha servido para enriquecer a un puñado de especuladores". Sobre la corrupción, la consigna era: no cargar más el ambiente. Pese a ello, Antonio Gutiérrez, secretario general de CC OO, sugirió al presidente del Gobierno, Felipe González, que dimita. Le puso como ejemplo la "encomiable" retirada de Willy Brandt, frente a la soberbia hasta el ridículo" de Bettino Craxi. El máximo dirigente de UGT, Cándido Méndez, pidió al Ejecutivo que ponga remedio a la conmoción social provocada "por los golfos Roldán y Rubio" y le ofreció un pacto por el empleo.Antonio Gutiérrez recela que "quizás sea ya demasiado tarde" para que el actual Gobierno ponga "coto a tanto desatino" y rectifique una política que ha servido "para el enriquecimiento de unos cuantos que salpican de vergüenza este país". No obstante, el dirigente sindical cree que "el mejor antídoto contra la corrupción" es que el Gobierno se avenga a discutir otras políticas alternativas e incluso a modificar la reforma laboral, que entrará en vigor en pocas semanas. El líder de CC OO augura un periodo de conflictividad y responsabiliza de ello al Gobierno. "El presidente", dijo, "echó leña al fuego cuando tras la huelga general del 27 de enero dijo que ni tenía ni quería tener margen para negociar con los millones de trabajadores que fuimos al paro". Pasados tres meses, Gutiérrez se pregunta: "¿Quién está más débil? ¿Está Felipe González en condiciones de discutir nuestra legitimidad cuando él ha llevado sus promesas electorales a las cloacas hoy plagadas de corrupción?". Tras esas preguntas y tras sugerir a González que dimita, Gutiérrez propuso al Ejecutivo que abra "un proceso de moralidad pública, de empleo y de avance social", en alianza con trabajadores y sindicatos.
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, también ofreció un puente de diálogo al Gobierno. Y aseguró: "Los sindicatos no queremos la crispación social; queremos erradicar la incertidumbre y vamos a rechazar que la única alternativa que tiene este país sean los recortes en los salarios y en la protección social". Por eso el líder ugetista pide al Gobierno que reflexione y recupere un pacto social por el empleo. También le propone diseñar, de común acuerdo, una política industrial que evite el desmantelamiento de más empresas.
Méndez lanzó este mensaje para la patronal y pira el Ejecutivo: "El movimiento sindical está muy vivo y a favor de políticas más justas. Seremos el dique contra el comportamiento antisocial". Y les recomendó que "no vengan con la cantinela de que se ha iniciado la recuperación económica", porque la crisis económica prosigue.
El dirigente ugetista cree que, para compensar "la conmoción social" provocada por la corrupción política, el Gobierno debe atender las demandas de los sindicatos. "El pacto político no es suficiente", afirmó. "Un partido [en alusión a Convergència i Unió] ha conseguido el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Tiene 17 diputados y parece que tiene 170"
Fiesta conjunta
Concluidos los discursos y la marcha celebrada por la mañana en las calles de Madrid, UGT y Comisiones Obreras continuaron la conmemoración del Primero de Mayo en la Casa de Campo. Se trata de la primera fiesta que organizan los dos sindicatos conjuntamente en seis años de unidad de acción. Los cantantes Joaquín Sabina, Caco Senante y Alberto Pérez lograron, por la tarde, cambiar el clima de desánimo de la manifestación de la mañana.En la marcha, que discurrió entre la plaza de Neptuno y la Puerta del Sol, el número de asistentes fue similar al del pasado año según las estimaciones de la policía -lo cifra entre 15.000 y 20.000 personas- y de los organizadores -calculan que acudieron 100.000-.
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