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Físicos españoles logran producir plasma, el combustible propio de la fusión nuclear

Un equipo de 80 investigadores ha logrado, por primera vez en España, producir plasma, hidrógeno que a alta temperatura adquiere el estado de la materia imprescindible para que haya fusión nuclear, una vía para alcanzar una alternativa energética en en el siglo XXI.El experimento se ha hecho en el Ciemat, en Madrid, en una máquina diseñada por el mismo equipo y construida en España, la TJ-lU. El plasma se consiguió el pasado día 20, y los primeros resultados fueron presentados ayer. Es la segunda vez que se logra en Europa, después de los ensayos del Instituto Max Planck (Alemania).

La fusión de los átomos de hidrógeno es el proceso físico por el que lucen las estrellas y que los los hombres intentan domesticar para producir energía limpia y barata, ya que el agua sería el combustible. La dificultad está en controlar la reacción porque desencadenar toda la energía en un instante ya se ha logrado en las bombas de hidrógeno.

El equipo del Ciemat ha desarrollado la TJ-I U, en colaboración con expertos rusos y ucranios, para adquirir experiencia de cara a una cámara mayor, la TJ-II, de tipo Sterellator, que funcionará en 1996, explicó ayer Agustín Grau, del Ciemat. Este es un proyecto de la asociación europea Euratom y en su construcción la industria española participa con un 60%, comentó.

Hasta ahora sólo se ha logrado fusión nuclear controlada, durante pocos minutos, en el máquina experimental europea JET (Reino Unido) y en la Universidad de Princeton (EE UU). El siguiente paso de la comunidad internacional, en el proyecto ITER, es la construcción de un reactor de fusión y después, una instalación experimental que produciría realmente energía. Mientras tanto, la investigación continúa en varios países.

"Para lograr la fusión nuclear tenemos que juntar los átomos y lo hacemos calentando el hidrógeno. Hay que alcanzar cien millones de grados", explicaba ayer Carlos Alejaldre, responsable de la división de fusión del Ciemat. En la cámara TJ-IU, de 1,20 metros de diámetro, que ha costado 40 millones de pesetas, se pueden alcanzar unos tres millones de grados de temperatura. El objetivo es investigar el comportamiento del plasma y los procesos científico-tecnológicos.

En la TJ-IU se calienta el hidrógeno, mediante microondas, en una cámara de vacío con forma de rosquilla y se mantiene confinado por campos magnéticos. La altísima precisión de todos los dispositivos es imprescindible para alcanzar y mantener las condiciones críticas del proceso, según Enrique Ascasibar, jefe del proyecto.

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